Clinton apura hasta el último minuto para que el Senado le apruebe su plan económico

El Senado obligó ayer al presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, a sudar la camiseta hasta el último minuto. Durante todo el día mantuvo una intensa labor de contactos para ganar los apoyos suficientes que le permitan sacar finalmente adelante su plan económico. El presupuesto acababa de ser aprobado unas horas antes por la Cámara de Representantes, pero el margen de apoyo era tan estrecho que no permitía a Clinton el mínimo respiro. Falta la votación del Senado, que se aplazó hasta entrada la noche (esta madrugada en España) por falta de los apoyos suficientes.Bill Clinton lleva días trab...

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El Senado obligó ayer al presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, a sudar la camiseta hasta el último minuto. Durante todo el día mantuvo una intensa labor de contactos para ganar los apoyos suficientes que le permitan sacar finalmente adelante su plan económico. El presupuesto acababa de ser aprobado unas horas antes por la Cámara de Representantes, pero el margen de apoyo era tan estrecho que no permitía a Clinton el mínimo respiro. Falta la votación del Senado, que se aplazó hasta entrada la noche (esta madrugada en España) por falta de los apoyos suficientes.Bill Clinton lleva días trabajando intensamente para que su plan de reducción de déficit sea una realidad. Ha dicho que mantiene "los dedos cruzados" para que el plan salga adelante, aunque en realidad sus manos han estado demasiado ocupadas en el objetivo de ejercer toda la presión de la que es capaz para conseguir el apoyo del Senado. De no lograr el respaldo. a su propuesta, su presidencia podría quedar al capricho del Congreso (la Cámara de Representantes y el Senado).

El plan presupuestario objeto de la polémica prevé un recorte del déficit de 496.000 millones de dólares (unos 66 billones de pesetas) en cinco años.

A pesar de sus esfuerzos y de que su partido mantiene la mayoría en ambas cámaras, el suspense sobre el resultado de la votación se mantuvo durante todo el día de ayer. "Este plan económico representa un primer paso importante para cambiar Estados Unidos", aseguró Clinton.

Una parte de sus planes iniciales para, reducir el déficit se han quedado en el camino de estas interminables negociaciones con los congresistas. Los puntos fundamentales del paquete final que salió ayer a votación. en el Senado incluyen 255.000 millones de dólares en recorte de gastos y 241.000 millones de dólares de incremento de impuestos. La intención inicial de incrementar la fiscalidad en la gasolina se ha quedado convertida en un discreto aumento de 4,3 centavos por galón (4,5 litros).

A: pesar de que el presidente estadounidense ha insistido, en sus comparecencias públicas, en que el incremento de los impuestbs.sobre la renta no afectará a la clase media sino aaquellos que perciban más de 200.000 dólares al año, su plan ha despertado diversas susceptibilidades.

Críticas republicanas

La crítica más significatíva es que el aumento de la presión fiscal tendrá efectos recesivos "y que muchos de sus recortes en gastos no se inciarán hasta dentro de un año, en caso de que sean efectivos", según defiende el líder de la minoría republicana, Bob Dole, para justificar su oposición al primerplan económico de los dérnócratas en doce años.El presupuesto de Clinton, cuyos 500.000 millones de dólares de reducción de déficit han quedado en 496.000 millones, no cuenta con un apoyo mayorirario en las encuestas; un detalle que, in duda, no favorece a que'los legisladores le den su apoyo. Una encuesta hecha pública ayer antes de la votación por la cadena de televisión CNN revelaba que el-44% de los estadounidenses no aprueba el recorte frente al 43% que sí lo respalda.Sin embargo, esta semana, la centralita de la Casa Blanca recibió diez millones de llamadas después de que un congresista pidiera a los ciudadadanos que telefonearan para protestar contra la oposición de los-senadores al plan.

Esta votación será la última hasta el 7 de septiembre, que acaban las vacaciones. Pero Clinton está decidido a que nadie salga de Washington hasta que su presupuesto se apruebe: "Nos quedaremos todos aquí y pondremos una cadena alrededor del Capitolio".

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