Matanza de diez personas en el interior de un iglesia surafricana de un barrio blanco

Cinco individuos, tres negros y dos blancos, según algunos testigos, armados con fusiles automáticos, penetraron ayer en una iglesia del barrio blanco de Kenilworth, en Ciudad del Cabo, y mataron a diez feligreses e hirieron a otros 24. Los asesinos abrieron fuego con sus armas y lanzaron dos granadas de mano en el interior del templo. Entre los muertos en el ataque, el peor que se recuerda en la historia de Ciudad del Cabo, hay cuatro marineros rusos.Los asesinos irrumpieron en la iglesia anglicana de San Jaime durante la misa vespertina, a la que asistían más de 1.000 feligreses. El reverend...

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Cinco individuos, tres negros y dos blancos, según algunos testigos, armados con fusiles automáticos, penetraron ayer en una iglesia del barrio blanco de Kenilworth, en Ciudad del Cabo, y mataron a diez feligreses e hirieron a otros 24. Los asesinos abrieron fuego con sus armas y lanzaron dos granadas de mano en el interior del templo. Entre los muertos en el ataque, el peor que se recuerda en la historia de Ciudad del Cabo, hay cuatro marineros rusos.Los asesinos irrumpieron en la iglesia anglicana de San Jaime durante la misa vespertina, a la que asistían más de 1.000 feligreses. El reverendo Ian Anderson declaró que los agresores penetraron en el templo por una puerta lateral antes de comenzar a disparar. "Los asistentes empezaron a gritar, a abalanzarse los unos contra los otros en su intento por refugiarse bajo los bancos. Era un infierno", manifestó el reverendo;

Uno de los pistoleros se situó en una de las puertas laterales mientras otro abría fuego con un fusil automático, relataron los testigos. Un tercer agresor lanzó dos granadas, una de las cuales explotó en la zona de la iglesia donde se encontraba un grupo de 130 marineros rusos.

"No puedo creer lo que ha ocurrido. Estabamos cantando cuando el sonido de los disparos y las explosiones nos hizo lanzarnos al suelo", comentó Brian Cameron, otro de los sacerdotes. "No puedo encontrar ninguna razón que justifique este ataque", agregó.

A última hora de la noche de ayer ninguna organización se había atribuido el ataque. El portavoz de la policía, John Sterrenberg, indicó que las fuerzas policiales habían bloqueado todos los accesos a la ciudad.

El Gobierno ha acusado de anteriores ataques contra blancos a la organización radical Congreso Panafricanista (PAC), que tiene su mayor apoyo entre los jóvenes radicales de los barrios negros y que rechaza la decisión del Congreso Nacional Africano (ANC) de Nelson Mandela de suspender la lucha armada contra el régimen de la minoría blanca.

El presidente del PAC, Clarence Mawketu, dijo el mes pasado que sus fuerzas seguirán atacando a civiles blancos y a las fuerzas de seguridad. El máximo mandatario surafricano, Frederik De Klerk, manifestó ayer su repulsa por el "cobarde atentado" que, dijo, "introduce un horrible elemento en el ciclo de violencia en el que nos encontramos envueltos".

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El obispo de Ciudad del Cabo y Premio Nobel de la Paz, Desmond Tutu, calificó la matanza de "acto diabólico".

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