Alemania flexibiliza el tiempo de trabajo para hacer frente a la competencia internacional

El Gobierno alemán ha aprobado un proyecto de ley que flexibiliza la jornada laboral y sustituye la legislación de 1938 sobre duración del tiempo de trabajo. Ello permitirá a sectores de la industria, como el textil o el automóvil, hacer frente a la competencia internacional, según el ministro de Economía, Guenter Rexrodt.El nuevo texto, criticado por la oposición socialdemócrata y los sindicatos, fija como principio la jornada de ocho horas con domingos y fiestas libres, pero autoriza excepcionalmente las jornadas de 10 horas y el trabajo en domingos y festivos.

El trabajo suplementari...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El Gobierno alemán ha aprobado un proyecto de ley que flexibiliza la jornada laboral y sustituye la legislación de 1938 sobre duración del tiempo de trabajo. Ello permitirá a sectores de la industria, como el textil o el automóvil, hacer frente a la competencia internacional, según el ministro de Economía, Guenter Rexrodt.El nuevo texto, criticado por la oposición socialdemócrata y los sindicatos, fija como principio la jornada de ocho horas con domingos y fiestas libres, pero autoriza excepcionalmente las jornadas de 10 horas y el trabajo en domingos y festivos.

El trabajo suplementario será autorizado principalmente "para evitar la pérdida de materia prima perecedera" o cuando la competitividad exterior amenace la pérdida de empleo.

Las horas suplementarias así efectuadas deben ser recuperadas en seis meses. En estos momentos, la recuperación se debe hacer en las dos semanas siguientes.

El Gabinete alemán aprobó también ayer el proyecto de presupuesto para 1994 con una serie de fuertes recortes sociales para contener el déficit y una planificación financiera a medio plazo en la que la reducción del endeudamiento público tiene prioridad. Los gastos del Gobierno federal aumentarán el próximo año un 4,4% hasta 478.000 millones de marcos (unos 30 billones de pesetas).

El ministro de Hacienda, Theo Waigel, que cree haber "fijado el rumbo futuro" con ese proyecto, destacó que el presupuesto está al servicio, ante todo, de la reconstrucción de la Alemania del Este y de la consolidación de las finanzas públicas. No se trata de "ningún atentado al Estado social", afirmó Waigel en respuestas a las críticas de la oposición socialdemócrata.

Archivado En