El elefante deja salir a la hormiga

El régimen cubano autoriza a viajar a España al célebre disidente Elizardo Sánchez

"Cuba es un país de grandes contrastes" ironiza Elizardo Sánchez Santa Cruz. Así explica el más célebre disidente cubano que después de haber sido apaleado en diciembre en La Habana por policías de paisano el régimen de Fidel Castro le haya concedido en junio un permiso para salir de la isla. "Estos gestos del Gobierno son positivos", añade, "aunque muy insuficientes".Sánchez, de 49 años, llegó ayer a Madrid, segunda etapa de su gira por el extranjero después de Santo Domingo, invitado por la Asociación Pro Derechos Humanos. "Vengo", recalca, "a buscar apoyo moral pluripartidista para los movi...

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"Cuba es un país de grandes contrastes" ironiza Elizardo Sánchez Santa Cruz. Así explica el más célebre disidente cubano que después de haber sido apaleado en diciembre en La Habana por policías de paisano el régimen de Fidel Castro le haya concedido en junio un permiso para salir de la isla. "Estos gestos del Gobierno son positivos", añade, "aunque muy insuficientes".Sánchez, de 49 años, llegó ayer a Madrid, segunda etapa de su gira por el extranjero después de Santo Domingo, invitado por la Asociación Pro Derechos Humanos. "Vengo", recalca, "a buscar apoyo moral pluripartidista para los movimientos cubanos de derechos humanos". Él mismo encabeza la Comisión pro Derechos Humanos y Reconciliación Nacional de Cuba y milita también en la Corriente Social Demócrata.

Su autorización de salida y la excarcelación de algunos presos políticos se debe, sospecha, la una maniobra táctica" de Castro con vistas a la 111 Cumbre Iberoamericana de Naciones, que se celebrará a mediados de julio en Brasil. El comandante ha incumplido los compromisos alcanzados en las anteriores reuniones pero, aun así , Sánchez se opone a que Cuba sea expulsada de ese foro. "El Gobierno y el pueblo cubanos deben ser rodeados de una atmósfera de colaboración excepcional, porque de lo contrario los regímenes autoritarios se buscan un enemigo exterior para endurecer la represión".

La represión la ha sufrido Sánchez en sus carnes desde que en 1968 fue apartado de la universidad, donde daba clases de filosofia marxista, y pasó ocho anos y medio en la cárcel. Aun así nunca quiso exiliarse y preconiza una transición hacia la democracia pacífica y sin venganzas en la que Castro jugaría un papel relevante. "Puede parecer presuntuoso", reconoce, "que la hormiga que yo soy lance estas ideas ante el elefante que ostenta todo el poder".

Este activista de los derechos humanos admite, no obstante, que estas predicciones tienen escasas posibilidades de confirmarse. Primero, porque, "de mantenerse las actuales variables, el Gobierno tiene capacidad de conservar el control social durante varios años". Además, Castro "está cerrando las puertas a todos los esfuerzos de diálogo. Sólo deja abierta la del desenlace violento. Asistiríamos entonces a la tragedia humana más sangrienta que ha vivido Latinoamérica en los últimos años".

De España, asegura, "tanto los gobernantes como los gobernados esperan que juegue en Cuba un papel relevante", sobre todo porque actúa "desapasionadamente, no como otros países latinoamericanos, que tienen con La Habana viejos contenciosos" que datan de los años sesenta, cuando Che Guevara intentaba exportar la revolución. Además de los principales dirigentes políticos y sindicales, Sánchez espera ver en Madrid al presidente en funciones, Felipe González.

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