Cuatro obreros y seis bomberos, heridos en el incendio de una empresa

Cuatro empleados de Industrias Cárnicas Hemosa, en Vallecas, pasaron ayer el peor momento de sus vidas al quedar atrapados en el incendio que devastó una planta de la factoría. Finalmente escaparon. Ellos y seis bomberos sufrieron quemaduras leves. Otras 16 personas resultaron intoxicadas. El fuego comenzó en un almacén de envases por causas desconocidas y costó sofocarlo por la cantidad de plásticos.

El siniestro comenzó hacia las 8.30 en la segunda planta de esta factoría, situada en el número 148 del camino de Hormigueras, en el polígono industrial de Vallecas. La factoría tiene unos...

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Cuatro empleados de Industrias Cárnicas Hemosa, en Vallecas, pasaron ayer el peor momento de sus vidas al quedar atrapados en el incendio que devastó una planta de la factoría. Finalmente escaparon. Ellos y seis bomberos sufrieron quemaduras leves. Otras 16 personas resultaron intoxicadas. El fuego comenzó en un almacén de envases por causas desconocidas y costó sofocarlo por la cantidad de plásticos.

El siniestro comenzó hacia las 8.30 en la segunda planta de esta factoría, situada en el número 148 del camino de Hormigueras, en el polígono industrial de Vallecas. La factoría tiene unos 80 trabajadores.En la empresa se encontraban en el momento del suceso medio centeriar de empleados. La mayoría salió del edificio sin problemas, pero los 12 obreros que trabajaban en la sala de envasados, junto al almacén donde se inició el fuego, pasaron un rato angustioso.

Todo fue muy rápido. Un encargado dio la voz de alarma y ocho de los envasadores consiguieron bajar a la calle, a oscuras y en medio de una espesa humareda. En cuestión de segundos, los cuatro restantes se encontraron el camino bloqueado por las llamas. Sus compañeros intentaron subir a rescatarles con varios extintores, pero el fuego lo impidió.

Desesperados, los cuatro rezagados decidieron encerrarse en una cámara frigorífica. El fuego alcanzó enseguida la nevera. Sólo quedaba un recurso: jugárselo todo, salir al pasillo y saltar al exterior por una ventana abierta en un muro lateral, a, unos cinco metros de altura. Era mejor correr el riesgo de romperse una pierna que morir quemado.

Afortunadamente, no ocurrió ni una cosa ni la otra. Sus compañeros pararon un camión grúa que circulaba por allí, y bajando por ella pudieron abandonar el recinto. Ya a salvo, los sanitarios municipales les curaron las quemaduras sufridas, todas superficiales de segundo grado.

Horas después, los cuatro, de uno 22 años de edad, seguían angustiados por lo sucedido. No podían quitarse de la cabeza la idea de que han vuelto a nacer.

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Seis bomberos tuvieron que ser trasladados al hospital de La Paz para que les reconociesen por las quemaduras, y fueron dados de alta por la tarde.

Difícil extinción

Extinguir el fuego no fue tarea fácil debido a la gran cantidad de materiales plásticos y productos grasos, con gran poder de combustión. Dentro de la fábrica se alcanzaron temperaturas infernales.Medio centenar de bomberos con cuatro autobombas, tres tanques, una escala y dos vehículos de agua tardaron más de dos horas -hasta las once de la mañana- en tener controlado el incendio.

Una hora después empezó a arder uno de los secaderos de jamón situado junto al lugar donde comenzó el siniestro. Los bomberos siguieron apagando los últimos rescoldos hasta las tres de la tarde. Las llamas de vastaron la segunda planta del edificio. Los otros tres pisos resultaron dañados, aunque en menor medida.

La empresa lleva ubicada en la zona desde 1974, y ésta es la primera vez que sucede algo semejante. Aurelio Morán Morán uno de los accionistas, que se encontraba ayer en la factoría cuando sucedieron los hechos, desconocía cómo pudo empezar el incendio. "Aún es pronto para evaluar daños", aseguró.

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