Entrevista:

"IU debe ofrecer un Gobierno de coalición al PSOE"

Nacida en Badajoz hace 43 años, Isabel Vilallonga fue una de las primeras concejales del distrito Centro del Ayuntamiento democrático de Madrid. Pujó en 1987 por la presidencia del Gobierno regional y en 1991 se hizo con la llave del Ejecutivo de Joaquín Leguina. Miembro del ala renovadora de la coalición y de sus máximos órganos directivos, Vilallonga es partidaria de formar un Gobierno de coalición con Felipe González, y cree que ésta habría sido la mejor fórmula para Madrid. De su experiencia extrae una consecuencia: la incomunicación del PSOE e IU en los últimos años se lima con el trato. ...

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Nacida en Badajoz hace 43 años, Isabel Vilallonga fue una de las primeras concejales del distrito Centro del Ayuntamiento democrático de Madrid. Pujó en 1987 por la presidencia del Gobierno regional y en 1991 se hizo con la llave del Ejecutivo de Joaquín Leguina. Miembro del ala renovadora de la coalición y de sus máximos órganos directivos, Vilallonga es partidaria de formar un Gobierno de coalición con Felipe González, y cree que ésta habría sido la mejor fórmula para Madrid. De su experiencia extrae una consecuencia: la incomunicación del PSOE e IU en los últimos años se lima con el trato. "En la relación se aprecian más lasboincidencias", afirma.

Sus colaboradores dicen que duerme poco y fuma mucho -consume Ducados-. Antes de la entrevista, realizada ayer en su despacho del grupo parlamentario, mantiene una acalorada y larga conversación telefónica. Lleva varios días -explican- absorbida por las negociaciones de la coalición con Felipe González para formar Gobierno.

Pregunta. ¿Cómo van esas negociaciones con González?

Respuesta. Está pendiente la reunión de la ejecutiva federal del día 19 y del consejo federal del PSOE el día 25. Yo creo que el consejo nuestro tiene que sacar una oferta de mayoría parlamentaria para conseguir un acuerdo político estable, que desde mi punto de vista pasa por un Gobierno de coalición. Es lo que garantizaría el giro a la izquierda de más profundidad. Pero yo creo que el PSOE no está interesado en absoluto y que también hay resistencias en IU.

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P. Es un poco contradictorio que usted apoye entrar en el Gobierno nacional cuando en la Comunidad de Madrid prefirió hacer un pacto programático.

R. Cuando comenzó esta legislatura yo ya mantenía esa posición de que hubiera un Gobierno PSOE-IU. Creo que el acuerdo en Madrid, no obstante, va más lejos de lo que es formalmente, porque la personalidad de Joaquín Leguina y mi propia personalidad (somos gente muy unitaria por la izquierda) hace que el acuerdo por Madrid tenga otro contenido más importante, que haya una coincidencia en cosas interesantes entre el Gobierno regional, IU y los sindicatos. Creo que se ha hecho un avance importante.

P. Pero sigue sin plantear la entrada en el Gobierno regional.

R. No es el momento mientras estamos pendientes de la negociación nacional. Porque la izquierda tiene ahora una gravísima responsabilidad nacional. Hay una crisis económica muy profunda y va a haber un ajuste duro. El problema es si se hace sólo sobre las espaldas de los trabajadores, con una salida económica de tipo neoliberal, o con un planteamiento de solidaridad y de distribución equitativa de las cargas.

P. ¿Cree que la nueva situación de IU profundizará su crisis interna?

R. Al revés. Muchos de los problemas que vive IU están motivados por la marginación de la que hemos sido objeto, lo que ha generado mucha agresividad frente al PSOE. En esta nueva situación no se puede prescindir de IU, y eso nos va a obligar a hacer un esfuerzo de madurez que puede resolver muchas cosas.

Isabel Vilallonga dejó de ser concejal de Centro cuando el PCE la expulsó junto a Cristina Almeida, Eduardo Mangada, José Luis Martín Palacín y Luis Larroque. Los tres hombres pasaron pronto al PSOE. Las dos mujeres están en IU. Además de compañeras de partido, ambas son amigas y militan en el ala renovadora de la coalición.

P. ¿Cómo encajó usted la retirada de las listas electorales de Cristina Almeida, Nicolás Sartorius y Pablo Castellano?

R. Eso no fue bueno para IU. No me pareció correcto represaliar a personas que tenían acreditada una trayectoria política. Fue negativo también para los resultados electorales. Son errores que no deben volver a cometerse.

P. Decía usted en 1987 que el PSOE era "un partido derechizado, dependentista en su política exterior, que se ha entregado a un pacto con las multinacionales y el capital internacional", y que con Leguina Madrid no iba a ninguna parte. ¿Cambió usted de opinión o son el PSOE y Leguina los que cambiaron?

R. Todas las personas tenemos la oportunidad de cambiar. El PSOE ha hecho cosas no identificables con la izquierda, pero es que en Madrid, a raíz del acuerdo, las cosas variaron sustancialmente en el Gobierno de Leguina. Y yo nunca tengo interés, como decía Gandhi, en castigar a los que están equivocados, sino de conseguir que acierten. De todas formas, Joaquín Leguina siempre ha tenido una sensibilidad social importante, lo que siempre le reconozco.

P. Con el pacto firmado, puede parecer que IU en Madrid ni gobierna ni hace oposición.

R. No participamos en el Gobierno, pero sí en la mayoría parlamentaria que lo sostiene. Hemos sido un factor fundamental en el trato con los sindicatos o en medio ambiente. Sostenemos un Gobierno progresista con unos presupuestos expansivos que están intentando no fomentar la discriminación manteniendo el gasto social. En ese sentido estamos satisfechos. Además, en el trato se liman muchas asperezas que hay entre los socialistas y nosotros. La incomunicación comienza en 1982 y se convierte en un divorcio real con el referéndum de la OTAN. Anguita habla por primera vez tras mucho tiempo con Felipe González cuando le da el infarto [el mes pasado]. Es curioso y anómalo. En el trato y la relación es cuando ves que hay cosas que nos separan, pero también que nos unen. Se aprecian mas las coincidencias. En Madrid, las coincidencias son ahora mayores que hace dos años.

P. Ustedes aplauden sistemáticamente la gestión de Leguina. En el Ayuntamiento, el PP gobierna con la oposición del PSOE e IU. En la comunidad, los socialistas gobiernan sólo con la del PP.

R. Claro, es que es así. Nosotros hemos votado a Leguina para presidente de la comunidad. Y no es verdad que IU aplauda todo lo que hace Leguina. Hemos tenido enfrentamientos importantes -realojamientos, El Pardo, consorcio de transportes...- Lo que pasa es que el Gobierno rinde cuentas no sólo al PP; también a Izquierda Unida. Eso quiere decir que el Gobierno regional no toma decisiones importantes sin consultarnos. Por tanto, sería feo que cuestionáramos luego lo que se hace. No estamos contentos con algunas cosas, pero la evaluación de carácter general es positiva.

P. Hay muchas cosas pendientes. No se ha hecho el tren a Alcobendas ni aumenta el número de plazas en residencias de ancianos. Es más, en 10 años ni siquiera se ha hecho una sola residencia de ancianos nueva.

R. No se ha hecho, no. En integración social hay muchos elementos que no podemos calificar de positivos. Hay retrasos importantes, sí. Por ejemplo, en el plan de apoyo a barrios periféricos de Madrid, que fue una iniciativa de IU; retrasos en temas de medio ambiente, como la configuración final de todos los parques naturales. Hay problemas con las consejerías en general. En el problema de viviendas sociales y para jóvenes, también.

P. ¿No están ustedes dispuestos a cualquier cosa con tal de que no gobierne el PP?

R. En absoluto. Yo creo que el PP es una fuerza democrática que puede gobernar. No estoy de acuerdo con lo que se ha dicho en la campaña electoral.

P. Dice usted que "frente a crisis, mayor inversión, mayor gasto público". Pero esto se traduce a veces en mayor presupuesto y más funcionarios. Madrid ha triplicado sus funcionarios en 10 años y los presupuestos se han disparado.

R. Cuando hablamos de funcionarios hablamos también de maestros, médicos, asistentes sociales... El tema es ver si el gasto de la comunidad es improductivo, de manguito, o de otras características. Yo creo que el gasto social es el mayoritario y que no hay despilfarro. La prueba de su austeridad está en el viaje a Japón del presidente. La distancia es abismal si nos comparamos con la comunidad autónoma vasca o la catalana. El sueldo del presidente de Madrid es uno de los más bajos y la estructura de la Administración regional no es faraónica. Lógicamente, todo podría funcionar mejor.

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