VISITA DEL PAPA

Juan Pablo II achaca los males de la sociedad a la "descristianización"

La fe y la moral cristianas no deben seguir arrinconadas "en el ámbito de la más estricta privacidad". "Todos los rieles laicos de España" deben asumir sus responsabilidades frente a "los fenómenos de secularismo y descristianización", que Juan Pablo II identifica como causa de los males de la sociedad moderna, desde la cultura del consumismo hasta el paro y la contaminación, pasando por el alcoholismo y la drogadicción. El Papa volvió a expresarse ayer con dureza y en cierto tono de arenga durante la misa que pronunció en Huelva.

El ambiente era difícilmente respirable por los humos de...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La fe y la moral cristianas no deben seguir arrinconadas "en el ámbito de la más estricta privacidad". "Todos los rieles laicos de España" deben asumir sus responsabilidades frente a "los fenómenos de secularismo y descristianización", que Juan Pablo II identifica como causa de los males de la sociedad moderna, desde la cultura del consumismo hasta el paro y la contaminación, pasando por el alcoholismo y la drogadicción. El Papa volvió a expresarse ayer con dureza y en cierto tono de arenga durante la misa que pronunció en Huelva.

El ambiente era difícilmente respirable por los humos de una fábrica de celulosas próxima. Fue una ceremonia mucho más modesta que la misa del pasado domingo en la cosmopolita Sevilla. En la avenida de Andalucía, una de las calles por las que se accede a Huelva desde la autopista, la única autoridad de rango superior al municipal era Manuel Chaves, el presidente de la Junta andaluza.Los organizadores del acto esperaban unos 100.000 asistentes, tres o cuatro decenas de millares más de los que efectivamente asistieron a la ceremonia. Rocieros, cascabeleros, muchachas con bata de cola, aportaron notas de color en un ritual austero como la propia ciudad, industrial y obrera.

Huelva "no escasea en variados recursos naturales ni en hombres y mujeres bien dotados de virtudes y valores humanos, aunque actualmente está sometida a una severa crisis de desempleo", dijo, como saludo al Papa, el obispo onubense, Rafael González Moralejo. El obispo aludió en su intervención a los procesos de desamortización de bienes de la Iglesia emprendidos en España por los Gobiernos laicos y progresistas" del siglo XIX.

Evocación del pasado

Sobre esa base, Juan Pablo II, que había viajado a Huelva para celebrar "agradecido y gozoso el V Centenerio de aquella gran epopeya gloriosa de los misioneros españoles" que fue la evangelización de América, constató que la Iglesia no puede limitarse a la evocación de ese pasado".

La exclusión de Dios del "ámbito de la vida produce un vacío que se pretende llenar con una cultura -o más bien seudocultura- centrada en el consumismo desenfrenado, en el afán de poseer y gozar, y que no ofrece más ideales que la lucha por los propios intereses o el goce narcisista", afirmó el Papa.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

A partir de ahí, su discurso, evocó el tono de otras intervenciones recientes del Pontífice que fueron criticadas como "apocalípticas" incluso por exponentes del Gobierno.

El olvido de Dios está en "la raíz de sistemas económicos que olvidan la dignidad de la persona", que ponen "el lucro como objetivo prioritario", y es el origen de la tragedia del paro", dijo Juan Pablo II.

"El alejamiento de Dios ha favorecido también el deterioro de la vida familiar, hoy profundamente desgarrada por el aumento de las separaciones y divorcios, por la sistemática exclusión de la natalidad -incluso a través del abominable crimen del aborto-, por el creciente abandono de los ancianos", añadió. "Todo este oscurecimiento de los valores morales cristianos repercute de forma gravísima en los jóvenes, objeto hoy de una sutil manipulación, y no pocos de ellos víctimas de la droga, del alcohol, de la pornografía y de otras formas de consumismo degradante", prosiguió. "La idolatría del lucro y el desordenado afán consumista son también raíz de la irresponsable destrucción del medio ambiente", afirmó el Papa.

El hilo colombino de esta visita a Huelva no fue recuperado hasta las cuatro y cuarto de la tarde cuando el Papa, tras el almuerzo y una breve siesta, visitó la iglesia parroquial de Moguer y, a continuación, la de San Jorge Mártir de Palos de la Frontera, lugares muy ligados a la gesta de Cristóbal Colón, que inició en Palos su primer viaje a América.

El siguiente punto, y el central, de esta minigira colombina del Pontífice fue el monasterio de la Rábida, apoyo económico y sostén moral del navegante genovés cuando aún no había logrado el apoyo real para su gesta.

En ese marco, y en presencia de la infanta Cristina, Juan Pablo II evitó cualquier juicio negativo sobre "la conquista", que el año pasado no quiso celebrar anticipando este viaje para hacerlo coincidir con 1992, según le sugerían las autoridades españolas. El Pontífice tuvo incluso palabras elogiosas para "el almirante" y para los hermanos Pinzón, que, dijo, "sostenidos por el cariño y la oración de sus esposas e hijos, zarparon del puerto de Palos hacia la singular aventura del encuentro de dos mundos".

Colofón en El Rocío

La visita al Rocío fue el colofón colorista de esta ajetreada jornada del Papa, que hoy llega a Madrid. Pero ni siquiera bastó el despliegue de estandartes de las 112 hermandades rocieras, en un magnífico atardecer sobre la marisma, para que Juan Pablo II olvidara el tono admonitorio que presidió la tercera jornada de su cuarta visita a España.

"Desligar la manifestación de religiosidad popular de las raíces evangélicas de la fe, reduciéndola a mera expresión folclórica o costumbrista, sería traicionar su verdadera esencia", advirtió. Y exhortó a los rocieros a dar "testimonio de los valores cristianos en la sociedad andaluza y española".

Archivado En