Entrevista:ELECCIONES 6 DE JUNIOENTREVISTA

"Un día habrá que pasar del sentimiento a la acción"

El alcalde de San Fernando, de 40 años, es para el Partido Andalucista la versión ortodoxa de Pedro Pacheco. Sus concejales duplican a los de la oposición y, lejos de estancarse en la alcaldía, intenta defender desde 1989 los intereses de Cádiz en el Congreso.

PABLO ORDAZ Su rival más directo aparece en los carteles de su propio partido: "Ni Pacheco ni Alejandro, Andalucía", desafía el lema del Partido Andalucista (PA). [Ni el alcalde de Jerez, Pedro Pacheco, ni el de Sevilla, Alejandro Rojas Marcos]. Antonio Moreno tendrá que disputarle, pues, a Pedro Pacheco, expulsado recientemente d...

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El alcalde de San Fernando, de 40 años, es para el Partido Andalucista la versión ortodoxa de Pedro Pacheco. Sus concejales duplican a los de la oposición y, lejos de estancarse en la alcaldía, intenta defender desde 1989 los intereses de Cádiz en el Congreso.

PABLO ORDAZ Su rival más directo aparece en los carteles de su propio partido: "Ni Pacheco ni Alejandro, Andalucía", desafía el lema del Partido Andalucista (PA). [Ni el alcalde de Jerez, Pedro Pacheco, ni el de Sevilla, Alejandro Rojas Marcos]. Antonio Moreno tendrá que disputarle, pues, a Pedro Pacheco, expulsado recientemente del PA, el escaño nacionalista de Cádiz. Maestro y diplomado en filología moderna, Moreno cuenta que una vez le preguntó al juez Baltasar Garzón si ejercía de andaluz y que el hoy candidato socialista le respondió: "Claro que sí; y el Partido Andalucista es de los pocos partidos honrados que quedan".

Pregunta. Ni Pacheco ni Alejandro, ¿y entonces quién?

Respuesta. Andalucía, pero por convencimiento. La gente está empezando a denunciar, a cansarse de los personalismos. El exceso de protagonismo lleva a la idolatría, al endiosamiento. Hay gente que lleva años partiéndose la cara por el partido sin que su trabajo se haya visto reflejado nunca en un cartel electoral.

P. Pero en el eslogan se excluye por igual a Pedro Pacheco y a Alejandro Rojas Marcos; esto es, se mete en el mismo saco a un expulsado y al presidente del partido.

R. De ahí viene precisamente la valentía del lema de campaña. ¿O cree que el PSOE hubiera sido capaz de patrocinar un cartel electoral en el que se leyera: "Ni Felipe ni Guerra, España"? Siempre he dicho que no soy ni pachequista ni alejandrista, pero Rojas Marcos, que fue capaz de estar cuatro años en silencio a petición del partido, ha dado ahora un ejemplo de valentía.

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P. ¿Por qué siguen buscando el voto nacionalista a pesar de que los andaluces demuestran, elección tras elección, ser muy poco andalucistas?

R. Porque creemos que un día habrá que pasar del sentimiento a la acción. Ya advirtió Blas Infante que los andaluces tienen un gran sentimiento andaluz pero escasa conciencia nacionalista. Somos el partido de la simpatía; pero un día la situación cambiará y, además de presumir, se ejercerá de andaluz.

P. Y mientras ese día llega, ¿qué papel pretenden desempeñar en el Congreso de los Diputados?

R. Lógicamente no aspiramos a ser Gobierno en Madrid. Pero tenemos igual de claro que el reparto de beneficios debe llegar a alguien más que a vascos y catalanes. Allí, en Madrid, se cambian leyes por votos; y los únicos diputados andaluces que no cambian el discurso cuando pasan Despeñaperros son los del Partido Andalucista. Porque los de los partidos centralistas dicen una cosa aquí y otra allí.

P. ¿Son conscientes, y sobre todo aquí en Cádiz, de que la pelea con Pacheco puede enviar al PA otra vez a la travesía del desierto?

R. Esa posibilidad se evaluó cuando se expulsó a Pacheco, pero, aun así, la decisión era necesaria. Dentro de un partido, los votos que consiga cada uno no son negociables, y por tanto se puede discrepar, pero hay que aceptar la disciplina. Pedro, que es un buen alcalde, venía desprestigiando con sus declaraciones al partido, a sus dirigentes y a los militantes.

P. ¿Qué necesita Cádiz?

R. Trabajo. Y que, como en el Mayo del 68, la imaginación conquiste el poder. Cádiz necesita además que la apuesta por el sector público sea eficaz. Y que reconversión -es el caso del sector naval- no sea sinónimo de pérdida de empleo. Hace falta sobre todo que sus diputados en Madrid defiendan la provincia. Cuando yo, desde el Grupo Mixto, había defendido siete u ocho veces cuestiones de Cádiz en el Congreso, la diputada socialista Carmen Romero aún no había hablado ni una sola vez.

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