Tribuna:

Cura en salud

Los analistas coinciden en estos días en que para finales de mayo había que vender renta variable para evitar las incertidumbres electorales y para hacer frente a los malos resultados económicos y empresariales que se esperan,El mercado, sin embargo, se ha adelantado a los acontecimientos y ha preferido asumir la vieja máxima de que el último duro lo gane otro. El resultado ha sido un proceso realizador adelantado que acerca cada vez más el índice al nivel del 240% y, lógicamente, le hace mucho más vulnerable.

El volumen negociado continúa en torno a los 10.000 millones de pesetas efect...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los analistas coinciden en estos días en que para finales de mayo había que vender renta variable para evitar las incertidumbres electorales y para hacer frente a los malos resultados económicos y empresariales que se esperan,El mercado, sin embargo, se ha adelantado a los acontecimientos y ha preferido asumir la vieja máxima de que el último duro lo gane otro. El resultado ha sido un proceso realizador adelantado que acerca cada vez más el índice al nivel del 240% y, lógicamente, le hace mucho más vulnerable.

El volumen negociado continúa en torno a los 10.000 millones de pesetas efectivas, aunque ayer hubo un par de aplicaciones sobre Valderribas que aportaron más de 900 millones de pesetas al total. En estas circunstancias, hay que admitir que sólo el trabajo de los cuidadores se encarga de la demanda, ya que la oferta, aunque tranquila por el momento, es abundante.

El índice apenas conoció un momento de reposo en su trayectoria bajista, en parte por la situación interna y, también, por la preocupación que trajo a los inversores el recorte sufrido por la Bolsa de París.

Al final, la pérdida fue de un 0,61%, 1,48 puntos, que no es mal resultado si se tiene en cuenta que se llegó a bajar hasta 2,92 puntos. El Ibex 35 cedía un 0,81%.

Archivado En