La Comisión Europea propone un 'big bang' para introducir la competencia en las comunicaciones telefónicas

El 1 de enero de 1998 es la fecha elegida por la Comisión Europea para que la CE intente un nuevo salto en la construcción del Mercado único, esta vez en el terreno de la comunicación telefónica. Para esta fecha, los Doce y los países que entonces se hayan sumado a la CE deberán liberalizar totalmente sus servicios y redes telefónicas, según la propuesta que discutirán los ministros de Telecomunicaciones de los Doce en un consejo previsto para el próximo 10 de mayo y que fue presentada ayer públicamente por los comisarios de Telecomunicaciones, el alemán Martin Bangemann., y de la Competencia,...

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El 1 de enero de 1998 es la fecha elegida por la Comisión Europea para que la CE intente un nuevo salto en la construcción del Mercado único, esta vez en el terreno de la comunicación telefónica. Para esta fecha, los Doce y los países que entonces se hayan sumado a la CE deberán liberalizar totalmente sus servicios y redes telefónicas, según la propuesta que discutirán los ministros de Telecomunicaciones de los Doce en un consejo previsto para el próximo 10 de mayo y que fue presentada ayer públicamente por los comisarios de Telecomunicaciones, el alemán Martin Bangemann., y de la Competencia, Karel Van Miert.La Comisión Europea ha elegido la opción más revolucionaria de cuantas tenía planteadas, la de la liberalización completa de los servicios y las redes de telefonía en Europa, frente a tres caminos más moderados que se le planteaban: el mantenimiento de la actual situación de monopolios nacionales, la liberalización del servicio intercomunitario entre los países socios, o la reglamentación armonizadora en las tarifas y los servicios.

Uno de los impulsores de este auténtico big bang liberal que propone la Comisión Europea es el comisario de la Competencia, el socialista belga y militante del PS flamenco, Karel Van Miert, que se ocupó en los últimos cuatro años de la cartera de Transporte y Comunicaciones.

La propuesta ha sido realizada después de una amplia consulta con los industriales, operadores del sector en Europa, consumidores y, naturalmente, Estados socios. Las mayores resistencias se han producido por parte de las compañías de control estatal, que desean mantener cuanto más tiempo mejor su situación de monopolios.

Las consultas previas realizadas por la Comisión han detectado un amplio consenso entre usuarios, operadores e industriales sobre los precios excesivos, la escasa presencia de operadores privados y de competencia en el sector, las deficiencias del servicio, la ausencia de innovación y de competitividad, las tarifas transfronterizas sobrecargadas, y la falta de líneas en alquiler y de servicios avanzados.

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