Cartas al director

Pueblos indígenas

Mil novecientos noventa y tres ha sido proclamado por la ONU Año de los Pueblos Indígenas. Hasta la fecha es incontable elPasa a la página siguiente Viene de la página anterior

número de estos pueblos que han desaparecido bajo el aplastante empuje de nuestra agresiva civilización occidental.

Para que esta proclamación no quede, una vez más, en un mero gesto simbólico, los Gobiernos de todo el mundo deben tomar medidas urgentes, concretas y serias para evitar que las culturas tribales que aún sobreviven sean también exterminadas.

Deseo hacer un llamamiento a...

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Mil novecientos noventa y tres ha sido proclamado por la ONU Año de los Pueblos Indígenas. Hasta la fecha es incontable elPasa a la página siguiente Viene de la página anterior

número de estos pueblos que han desaparecido bajo el aplastante empuje de nuestra agresiva civilización occidental.

Para que esta proclamación no quede, una vez más, en un mero gesto simbólico, los Gobiernos de todo el mundo deben tomar medidas urgentes, concretas y serias para evitar que las culturas tribales que aún sobreviven sean también exterminadas.

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Deseo hacer un llamamiento a la gente corriente para que conozca a estos mal llamados pueblos primitivos, porque su conocimiento creará sin duda simpatía, respeto y preocupación hacia sus problemas. A cambio, estos pueblos tienen mucha riqueza espiritual que ofrecernos. En una época en la que nosotros, orgullosos hombres civilizados, hemos llegado a tal punto de desarrollo que ya no sabemos quiénes somos ni cuál es nuestro papel en nuestras inmensas y extremadamente complejas sociedades, cuando hemos deteriorado hasta tal extremo nuestro medio ambiente que ya dudamos si sobreviviremos durante el próximo milenio que se avecina, es alentador darse cuenta de que aún existen sociedades que, si bien tampoco son perfectas, bien podrían enseñarnos a vivir sin destruir, a volver a ser hombres con un espíritu íntegro.

Ellos, los pueblos indígenas, aún saben lo que nosotros ya hemos olvidado. Por ello, escuchemos su voz y defendamos su supervivencia, pues quizá necesitemos su ayuda.-

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