Tribuna:

Mejor esperar fuera

La ausencia de reacciones continúa siendo lo más destacable del comportamiento inversor, aunque la precaución y relativa escasez de los movimientos parecen ya toda una declaración de intenciones. De poco sirve que el banco inversor casi garantice la estabilidad de la peseta mediante sucesivas intervenciones, que el mercado monetario se haya calmado en parte debido al descenso en el precio de la inyección de fondo diaria o que las previsiones sobre el IPC de marzo que se conocerá el próximo día 15, sean bastante positivas, ya que la desconfianza es la que manda y el entorno político y económico...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La ausencia de reacciones continúa siendo lo más destacable del comportamiento inversor, aunque la precaución y relativa escasez de los movimientos parecen ya toda una declaración de intenciones. De poco sirve que el banco inversor casi garantice la estabilidad de la peseta mediante sucesivas intervenciones, que el mercado monetario se haya calmado en parte debido al descenso en el precio de la inyección de fondo diaria o que las previsiones sobre el IPC de marzo que se conocerá el próximo día 15, sean bastante positivas, ya que la desconfianza es la que manda y el entorno político y económico proporciona bastante material para sustentarla. Ayer hubo una serie de aplicaciones -cerca de 5.000 millones de pesetas efectivas- que intentaron darle a la sesión un tono más dinámico, pero el predominio del papel fue constante y restó importancia al volumen, que alcanzó los 16.500 millones de pesetas.El mercado continuo permanecerá cerrado hasta el lunes que viene. Este elapso explicaba, para muchos operadores, el exceso de papel de esta sesión, justo en un momento en el que la ruptura de cualquier soporte puede terminar siendo importante. El índice cedió un 0,33%, 79 centésimas, lo que le sitúa en el 235,89%. El Ibex 35 bajó un 0,31%.

Archivado En