Nuevos ricos

El amigo Feri era hace tres años, cuando cayó en Tirana el régimen comunista más implacable del continente, un obrero industrial que pasaba las horas de trabajo y ocio en el Café Partizán, bebiendo un repugnante aguardiente entre mesas jamás fregadas y desperdicios acumulados en días. Ahora, es el orgulloso propietario de un bar, modesto pero limpio, con dos empleados.Pero el signo externo supremo del éxito es el Mercedes con chófer. Estaría en el desguace en cualquier país occidental, pero se mueve. Feri, aficionado a la televisión italiana que se capta en Tirana, ha enseñado modales a Ilir, ...

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El amigo Feri era hace tres años, cuando cayó en Tirana el régimen comunista más implacable del continente, un obrero industrial que pasaba las horas de trabajo y ocio en el Café Partizán, bebiendo un repugnante aguardiente entre mesas jamás fregadas y desperdicios acumulados en días. Ahora, es el orgulloso propietario de un bar, modesto pero limpio, con dos empleados.Pero el signo externo supremo del éxito es el Mercedes con chófer. Estaría en el desguace en cualquier país occidental, pero se mueve. Feri, aficionado a la televisión italiana que se capta en Tirana, ha enseñado modales a Ilir, el chófer. Como los conductores de potentados de cine, éste salta del coche para abrir las puertas al jefe e invitados y las cierra con suavidad, inclinando levemente el cuerpo.

Feri goza explicando los frutos de su éxito, como la televisión en color o el viaje a la vecina Macedonia a comprar "materiales nobles" para su cocina, pero es menos explícito al hablar de las fuentes del nuevo bienestar. "Negocios. Hay que ser dinámico para entrar en Europa". Más no dice. Agim, amigo de Feri, también abrió el jueves pasado un restaurante con 15 empleados. Les paga unas 230 pesetas al día.

Si Feri y Agim ya tienen, restaurantes, ¿qué no tendrán algunos de los que reparten la ayuda internacional?, se preguntan muchos albaneses.

El presidente, Sali Berisha, que vive en el mismo modesto apartamento que ocupaba bajo el régimen comunista, dice que será implacable con la corrupción. Los códigos familiares y tribales albaneses convierten estas pías intenciones en mera ilusión.

Como Feri, lo primero ,que se ha comprado Agim ha sido un coche. Como miles de albaneses, se ha convertido en una mortal amenaza sobre ruedas.

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