Las pruebas contra Pakito restan valor al testimonio de Henri Parot en Paris

Las pruebas acumuladas en el sumario instruido en París contra Francisco Múgica Garmendia, Pakito, y otros seis inculpados por presunta asociación de malhechores hacen considerar que, incluso si España denegara que Henri Parot compareciera en el juicio, la culpabilidad de estos presuntos etarras quedaría establecida, según fuentes jurídicas francesas. El juicio se reanuda mañana.

Entre estos elementos de convicción se hallan las declaraciones -precisas y coincidentes con las de Parot, confirmadas ante el juez instructor y luego desmentidas- de dos de los acusados, Jacques Esnal y Freder...

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Las pruebas acumuladas en el sumario instruido en París contra Francisco Múgica Garmendia, Pakito, y otros seis inculpados por presunta asociación de malhechores hacen considerar que, incluso si España denegara que Henri Parot compareciera en el juicio, la culpabilidad de estos presuntos etarras quedaría establecida, según fuentes jurídicas francesas. El juicio se reanuda mañana.

Entre estos elementos de convicción se hallan las declaraciones -precisas y coincidentes con las de Parot, confirmadas ante el juez instructor y luego desmentidas- de dos de los acusados, Jacques Esnal y Frederick Haramboure, que con más ardor han reclamado ausentarse del juicio hasta lograr la comparecencia como testigo de su antiguo jefe.Por otro lado, la instructora del sumario, la juez Laurence Levert, a quien HB y ETA están convirtiendo en su bestia negra, reconoce que el "proceso español seguido contra Parot demuestra que se han cumplido todas las garantías procesales". Ambos hechos echan por tierra toda la campaña orquestada por los abogados de estos siete etarras acerca de que el testimonio de Parot no sólo es indispensable, sino el único elemento incriminatorio.

Frederick Haramboure, "después de haber rehusado totalmente responder a los agentes durante 48 horas", confirma totalmente las declaraciones de Henri Parot, aportando incluso precisiones. Reconoce que le capta Txomin Iturbe en 1976 para integrarse en el comando itinerante. Su primer atentado se produce en 1978 en Irún con el asesinato del industrial José Legasa Ubiriria.

También admite su participación en el asesinato del magistrado José Francisco Mateo Cánovas, en 1978. Actuó de chófer en el asesinato del vicealmirante Cristóbal Colón de Carvajal, en 1986. Haramboure reconoce que participó en un atentado en 1986 contra un autobús militar de Zaragoza mediante coche bomba, que él preparó y que causó varios heridos. Confiesa que se encargó de vigilar la preparación del coche bomba que estalló en 1987 a las puertas de un cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza. Cuando él ya ha huido a Francia, mueren en la explosión cinco niños, dos mujeres, un civil y tres guardias. Vuelve a hacer de chófer en el atentado contra la Dirección de la Guardia Civil, en Madrid, en 1988. Perecen un hombre y un niño.

Numerosos atentados

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Haramboure intervino en la preparación de un coche bomba con 300 kilos de amonal contra la Jefatura Superior de Policía de Sevilla en 1990, como advertencia ante la Expo. Haramboure, que dice haber sido acusado por un relato arrancado bajo torturas a Parot, hace un pormenorizado relato de los hechos y revela que el tercer hombre del comando es Jacques Esnal.

Jacques Esnal, inicialmente, tampoco deseaba declarar, pero después llena con su relato ocho páginas. Reconoce haber sido fichado por Txomin, cuya intensa imbricación con este comando, al que surtía de armas y explosivos, desdibuja el perfil eminentemente político, cuando no blando, que se le ha atribuido. Revela que tiene por colegas de equipo a Parot y Haramboure. Los tres ya se han incriminado entre sí. Esnal admite que interviene en el asesinato del general Luis Gómez Ortigüela y de otros dos militares en Madrid el 25 de mayo de 1979. Él se encargó de recoger información sobre la víctima y de descargar su metralleta MAT-49. También se atribuye el asesinato del general Fernando Esquivias y de un soldado en 1980. Reaparece en Barcelona en 1982 con el atentado contra un autocar militar.

Esnal revela que su compañero para asesinar al general Víctor Lago Román en 1982, en Madrid, fue Jean-Vicent García. Confiesa también su participación en el asesinato del general Guillermo Quintana Lacaci en 1984, contra quien vació su pistola Browning.

Esnal también reconoce haber participado en las tres acciones simultáneas desarrolladas en Madrid en 1987 contra los cuarteles de la policía, la Guardia Civil y el Cuartel General de la Marina; así como el cuartel del instituto armado en Zaragoza en 1987, con 200 kilos de amonal, y de la colocación de otros 350 ante la dirección de este cuerpo en 1988. Tampoco rehúsa la autoría, junto con Parot, del asesinato de un funcionario de prisiones en Alcalá-Meco (Madrid) en 1989 y de la subsiguiente muerte de dos policías al manipular un coche trampa. En 1989 mata al coronel José María Martín y a otros dos militares. También del asesinato de la fiscal Carmen Tagle. Esnal involucra a Pakito, quien -asegura- le entregó unas cartas bomba y les ordenó hacer saltar la jefatura de policía de Sevilla.

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