Rocard, triste y asustado
"Estoy triste y, sean cuales sean los errores que hayamos cometido, y los hemos. cometido, no creo que nos hayamos merecido esto", declaró anoche el ex primer ministro Michel Rocard al conocer la amplitud del descalabro socialista.Rocard invitó a los abstencionistas a "redescubrir el camino de las urnas" en la segunda vuelta, y a los franceses a "recuperar el camino de la izquierda", para comenzar "la transformación profunda" que él preconiza.
El promotor del big bang (refundación de una izquierda de amplio espectro) hablaba desde su feudo de Conflans-Saint-Honorine, un pueblo de...
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"Estoy triste y, sean cuales sean los errores que hayamos cometido, y los hemos. cometido, no creo que nos hayamos merecido esto", declaró anoche el ex primer ministro Michel Rocard al conocer la amplitud del descalabro socialista.Rocard invitó a los abstencionistas a "redescubrir el camino de las urnas" en la segunda vuelta, y a los franceses a "recuperar el camino de la izquierda", para comenzar "la transformación profunda" que él preconiza.
El promotor del big bang (refundación de una izquierda de amplio espectro) hablaba desde su feudo de Conflans-Saint-Honorine, un pueblo del que es el alcalde, y en su rostro se leía la inquietud por su propio futuro. Y es que el presidenciable socialista fue adelantado ayer en la séptima circunscripción de las Yvelines por su rival neogaullista, Pierre Cardo. Rocard obtuvo el 28'8% de los votos de la circunscripción y Cardo el 38'8%.
Rocard, que se enfrentará en solitario a Cardo en la segunda vuelta, lo tiene muy dificil, puesto que los candidatos ecologista y comunista en su zona sólo obtuvieron ayer un total del 101% de los sufragios, mientras que el ultraderechista arrancó un 151%.
Si el próximo domingo, Rocard no renueva su acta de diputado por esta circunscripción sus ambiciones presidenciales quedarán seriamente amenazadas. Hasta ahora era el responsable socialista que más posibilidades tenía de ser designado candidato por el partido. Las elecciones presidenciales se celebrarán en 1995 a menos que el jefe del Estado, François Mitterrand, dimita antes.