Casos pendientes inexplicables

Entre los cientos de casos de desapariciones de menores que siguen siendo un enigma hay vanos especialmente intrincados e inexplicables. Quizá el más llamativo sea el del niño Juan Pedro Martínez Gómez, de quien jamás ha vuelto a saberse nada desde que el 25 de mayo de 1986 sufriese un accidente en el puerto de Somosierra (Madrid), cuando viajaba con sus padres en un camión-cisterna cargado de 20.000 litros de ácido sulfúrico.El camión volcó cuando descendía por el puerto de Somosierra. Los padres de Juan Pedro resultaron muertos, tras salir despedidos de la cabina. En cambio, el cadáver del n...

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Entre los cientos de casos de desapariciones de menores que siguen siendo un enigma hay vanos especialmente intrincados e inexplicables. Quizá el más llamativo sea el del niño Juan Pedro Martínez Gómez, de quien jamás ha vuelto a saberse nada desde que el 25 de mayo de 1986 sufriese un accidente en el puerto de Somosierra (Madrid), cuando viajaba con sus padres en un camión-cisterna cargado de 20.000 litros de ácido sulfúrico.El camión volcó cuando descendía por el puerto de Somosierra. Los padres de Juan Pedro resultaron muertos, tras salir despedidos de la cabina. En cambio, el cadáver del niño no fue hallado jamás.

Fuentes policiales afirman que "la teoría más sólida" es que el menor quedó atrapado y que su cuerpo se disolvió por efecto de la corrosión causa por los miles de litros de ácido que contenía la cisterna. "Se hizo la prueba de meter una pierna de cordero en una cubeta de ácido sulfúrico y se deshizo como un azucarillo", comenta un policía. Lo que no se ha conseguido demostrar nunca es que el muchacho permaneciera bañado por el ácido el tiempo suficiente como para que a él le ocurriera lo mismo.

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La familia de Juan Pedro, que llegó a pegar por toda España miles de carteles con la foto del niño, no acepta la teoría policial. Quizás prefiere aferrarse al rumor de que el chiquillo fue raptado por unos franceses que pasaban casualmente por el lugar.

El 'niño pintor'

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Otro caso que sigue sumido en el misterio es el de David Guerrero, el niño pintor de Málaga, al que parece como si la tierra se lo hubiera tragado desde que en abril de 1987 desapareció de la capital malagueña. La policía no ha dado por zanjado el asunto, pero las pistas seguidas -incluso en Portugal- han conducido a un callejón sin salida.

Igualmente inexplicable resulta saber qué ocurrió con Germán Quintana Blanco, de 13 años, quien desapareció el 7 de junio de 1987 cuando se hallaba de excursión en los Picos de Europa.

Durante la excursión, organizada por una peña deportiva del colegio Loyola, de Oviedo, el muchacho fue visto por última vez cuando caminaba rezagado del resto del grupo, que fue sorprendido Por una fuerte tormenta. Los siete ocupantes de un helicóptero de la Ertzaintza (policía vasca) resultaron muertos cuando participaban en las labores de búsqueda, en las que también intervinieron 100 montañeros. Y hasta hoy.

[Por otro lado, Joan Capdevilla, portavoz de la familia de Mari Angels Feliu, la farmaceutica de Olot (Gerona) secuestrada hace cuatro meses, considera que el rapto ha entrado "en una época de relajación y tranquilidad", porque la familia está dispuesta "a demostrar su voluntad de espera y disposición al diálogo", informa Europa Press].

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