El fiscal del Supremo pide penas para las novatadas por el prestigio de la "mili"

"Las novatadas deben ser erradicadas de los cuarteles, y los mandos militares están en ello, pero si no los respaldan los tribunales va a ser difícil que se erradiquen" afirmó ayer el fiscal militar del Supremo, general de división Francisco Blay. La Sala de lo Militar del Supremo examinó los recursos presentados contra la sentencia dictada en mayo por el Tnibunal Militar Territorial de Valencia, que absolvió al cabo y los cinco soldados que ataron a un compañero, le llevaron en carretilla, le rociaron con un líquido inflamable y le prendieron fuego.

Como consecuencia de aquellos actos,...

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"Las novatadas deben ser erradicadas de los cuarteles, y los mandos militares están en ello, pero si no los respaldan los tribunales va a ser difícil que se erradiquen" afirmó ayer el fiscal militar del Supremo, general de división Francisco Blay. La Sala de lo Militar del Supremo examinó los recursos presentados contra la sentencia dictada en mayo por el Tnibunal Militar Territorial de Valencia, que absolvió al cabo y los cinco soldados que ataron a un compañero, le llevaron en carretilla, le rociaron con un líquido inflamable y le prendieron fuego.

Como consecuencia de aquellos actos, realizados el 27 de octubre de 1988 en el acuartelamiento del Ejército en Marines (Valencia), el soldado José Jiménez sufrió quemaduras en el 22% de su cuerpo, de las que tardó en curar 83 días. A pesar de considerar probados estos hechos, el Tribunal Militar Territorial de Valencia absolvió a los acusados, por considerar que no existía relación jerárquica entre agresores, y víctima ni, en consecuencia, quiebra de la disciplina, por lo que el asunto debía pasar a la jurisdicción ordinaria.El fiscal criticó ayer al tribunal de Valencia por "lavarse las manos, como Pilatos" ante unos hechos que, "por su crueldad, son algo más que una novatada", demostrando una gran "falta de sensibilidad" al absolver a los agresores, sin reparar en el daño que su decisión producía en la imagen de las Fuerzas Armadas. "La sociedad debe saber que los jóvenes que hacen el servicio militar son protegidos en sus derechos y que se castiga a quienes los infrigen", agregó. En consecuencia, pidió que se condene a los acusados a siete años de cárcel, por los delitos de abuso de autoridad "(trato inhumano o degradante a inferior) y de imprudencia temeraria con resultado de lesiones.

Derechos de los soldados

El asesor jurídico del jefe del Estado Mayor del Ejército, general Jesús Valenciano, abundó en la misma tesis y calificó de "plaga y veneno" la práctica de novatadas en la mili. "El soldado es un ciudadano de uniforme, con unas obligaciones y unos derechos, y el cabo, su inmediato superior, tiene el deber de ampararlo y protegerle", argumentó.

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El acusador particular, Ramón Milara, recordó: "Mi patrocinado es un hombre del pueblo, de poca instrucción y escasos recursos, que no se planteó hacerse insumiso ni objetor de conciencia, sino servir a su patria, y fue víctima de unos hechos brutales. Si se absuelve a los que le quemaron, eso es dar pie a que se produzcan estas salvajadas".

La importancia otorgada al juicio quedó patente por la presencia de cinco magistrados en el tribunal, presidido por el presidente de la Sala de lo Militar del Supremo, José Jiménez Villarejo. Otro hecho inusual es que el fiscal y el representante del Ejército pidieran la condena de los acusados, a pesar de que el Estado podría tener que pagar idemnizaciones.

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