Los perros no la olieron

Desde que desapareció Susana Ruiz hasta que un obrero descubrió su cadáver semienterrado hubo de todo: carteles con la imagen de la chica en todas las cabinas del barrio, programas de televisión donde los padres denunciaban el caso y hasta algún amigo de ella que aseguró haberla visto por Madrid.La policía de San Blas y la del Grupo de Menores interrogó a todos los asistentes al cumpleaños. Ellos declararon ante los agentes, y aquéllos comenzaron a trabajar sobre la posibilidad de la fuga.

Casi dos meses después de su desaparición ya hay quien comienza a pedirle cuentas a la policía....

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Desde que desapareció Susana Ruiz hasta que un obrero descubrió su cadáver semienterrado hubo de todo: carteles con la imagen de la chica en todas las cabinas del barrio, programas de televisión donde los padres denunciaban el caso y hasta algún amigo de ella que aseguró haberla visto por Madrid.La policía de San Blas y la del Grupo de Menores interrogó a todos los asistentes al cumpleaños. Ellos declararon ante los agentes, y aquéllos comenzaron a trabajar sobre la posibilidad de la fuga.

Casi dos meses después de su desaparición ya hay quien comienza a pedirle cuentas a la policía.

Alguno de los interrogados comprende la labor de los agentes, pero asegura que las incomodidades que ocasionan son muy grandes. Y empiezan a surgirle dudas también a ellos.

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"Lo que no comprendo", explica Cecilio Feito, "es que la policía estuvo rastreando la casa, un kilómetro a la redonda: con perros policía, patrullas a pie, motos, helicópteros... ¿Y ahora aparece a 400 metros de la casa? ¿Eso, cómo puede ser? Se lo pregunté a ellos, y lo único que me dijeron era que no estaba a 400 metros, sino a 500. Les dije: "Es igual... a 600, 700, 800 o 900 metros... ¿Cómo es que no la encontraron? No me contestaron".

Durante todo ese tiempo, Cecilio no se puso en contacto con los padres de Susana. "No los conozco. Y Raúl y José no les llamaron porque desde el primer día en que desaparece la chica al padre se le metió que nos la cargamos nosotros. Y si se arregla esto, ese señor me va a oír a mí".

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