Tribuna:

La fortuna y la experiencia

La fortuna y la experiencia del Real Madrid fueron factores decisivos para que el equipo madridista consiguiera doblegar al sorprendente Deportivo en uno de los partidos más vibrantes de la temporada. En muchas ocasiones, el fútbol no tiene entrañas, y esa faceta se produjo anoche en el Bernabéu. El en cuentro tuvo dos fases diametralmente opuestas, y la expulsión de Claudio marcó la diferencia. Durante todo el primer tiempo, el Deportivo controló la situación. Con una de fensa ordenada y una fuerte presión en el centro del campo impidió al Real Madrid moverse con tranquilidad, además de corta...

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La fortuna y la experiencia del Real Madrid fueron factores decisivos para que el equipo madridista consiguiera doblegar al sorprendente Deportivo en uno de los partidos más vibrantes de la temporada. En muchas ocasiones, el fútbol no tiene entrañas, y esa faceta se produjo anoche en el Bernabéu. El en cuentro tuvo dos fases diametralmente opuestas, y la expulsión de Claudio marcó la diferencia. Durante todo el primer tiempo, el Deportivo controló la situación. Con una de fensa ordenada y una fuerte presión en el centro del campo impidió al Real Madrid moverse con tranquilidad, además de cortar le todas sus penetraciones por las bandas.Michel, por ejemplo, apenas entró en juego, y el equipo de Benito Floro se vio obligado a recurrir al juego aéreo. Sólo Butragueño, al replegarse unos metros, fue capaz de crear situaciones de peligro que nadie supo aprovechar.El Deportivo, que había sabdo dispuesto a tratar de tú a tú al Real Madrid, consciente de que podía escaparse si puntuaba en Madrid y en el Camp Nou, perdonó demasiado y acusó falta, de experiencia en los momentos decisivos. Claudio fue un pardillo al disputar aquel balón que le costó la expulsión por doble amonestación, y a Djukic le fallaron los nervios en el lanzamiento del penalti.

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Demasiadas ventajas para un Real Madrid experto en capear temporales. Su técnico, con muy buen criterio, dio entrada a Esnaider sacrificando a un defensa, y el Deportivo se vio incapaz de controlar lo que se le venía encima, especialmente por las bandas. El partido se decidió en una concatenación de errores del equipo coruñés, y en el resultado final no influyó la actuación del árbitro López Nieto, que, en líneas generales, sancionó todo lo punible.

En definitiva, se presenció un buen espectáculo y se puso de manifiesto que la emoción en la Liga está más que asegurada. Porque la frescura del fútbol del Deportivo no induce a pensar en su desfondamiento. Y el Real Madrid está ahí, donde tiene que estar por su prestigio, al igual que le ocurre al Barcelona.

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