Cartas al director

El problema del alcohol

Una de las enfermedades más extendidas en nuestra compleja sociedad es el alcoholismo. Sin embargo, a pesar del ingente número de personas afectadas por esta cruel, enfermedad, son muy escasas las medidas preventivas que las actuales instituciones sanitarias públicas prestan para contener y evitar el avance del alcoholismo y sus gravisimas consecuencias sociales y costes laborales.También claman al cielo los escasos, escasísimos establecimientos sanitarios públicos dedicados a la rehabilitación y reinserción de este creciente grupo de enfermos.

El abandono y la desidia que existen por p...

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Una de las enfermedades más extendidas en nuestra compleja sociedad es el alcoholismo. Sin embargo, a pesar del ingente número de personas afectadas por esta cruel, enfermedad, son muy escasas las medidas preventivas que las actuales instituciones sanitarias públicas prestan para contener y evitar el avance del alcoholismo y sus gravisimas consecuencias sociales y costes laborales.También claman al cielo los escasos, escasísimos establecimientos sanitarios públicos dedicados a la rehabilitación y reinserción de este creciente grupo de enfermos.

El abandono y la desidia que existen por parte del conjunto de la Administración y de la sociedad ante esta enfermedad y los sujetos que la padecen son palpables, y, en ocasiones, dramáticos. Urge, por tanto, estudiar y valorar desde una perspectiva global e integral, que incluya el alcoholismo como una enfermedad más.

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Para crear estrategias operativas y realmente eficaces de carácter preventivo y de rehabilitación, considero que es de primera magnitud enterrar para siempre vetustos prejuicios y absurdas leyendas que todavía hoy perviven en amplias capas de nuestra sociedad. No se puede afrontar un problema desde la óptica del miedo o el desprecio. Con temor o actitudes moralistas jamás se puede comprender y tratar un problema de forma objetiva, rigurosa y eficaz.

Un primer paso para desarrollar y desplegar una nueva y positiva conciencia del problema del alcoholismo sería el inicio sistemático y progresivo de campañas institucionales, que combinen y entrelacen hábilmente las facetas formativas y las meramente divulgativas, proyectándolas a todo el conjunto de nuestra cambiante sociedad.

Sería recomendable y útil que en futuras acciones institucionales participasen en primer plano los propios afectados, a través de sus asociaciones. Igualmente, para ofrecer una visión más completa del problema y de sus soluciones también, resulta aconsejable la implicación de otros estamentos y profesionales que, directa o tangencialmente, aborden el problema del alcoholismo (sociólogos, psicólogos, educadores, médicos, abogados, trabajadores sociales...).

Sirvan estas breves palabras para invitar a las instituciones responsables en las materias de salud y educación a reflexionar en torno a la enfermedad del alcoholismo y sus consecuencias en el tejido social de nuestro país. Y que esa necesaria e imprescindible reflexión se traduzca en acciones concretas y elaborados planes globales de trabajo.-

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