Fraga dice que el PSOE pone el intermitente a la izquierda, pero gira hacia la derecha

Manuel Fraga pasó por el congreso como un torbellino, eludió todo protagonismo en beneficio de su sucesor, promocionó sin complejos el Xacobeo 93 en su discurso y a punto estuvo de derramar lágrimas al evocar el Monte del Gozo, desde donde se divisan todas las provincias gallegas.El fundador pronunció el penúltimo discurso de la sesión de clausura, antes de dar paso a José María Aznar. Recibido y despedido con atronadoras ovaciones, abandonó la tribuna de oradores como una centella y se dirigió hacia la presidencia, sin levantar la mano ni para saludar.

En su intervención, el presidente...

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Manuel Fraga pasó por el congreso como un torbellino, eludió todo protagonismo en beneficio de su sucesor, promocionó sin complejos el Xacobeo 93 en su discurso y a punto estuvo de derramar lágrimas al evocar el Monte del Gozo, desde donde se divisan todas las provincias gallegas.El fundador pronunció el penúltimo discurso de la sesión de clausura, antes de dar paso a José María Aznar. Recibido y despedido con atronadoras ovaciones, abandonó la tribuna de oradores como una centella y se dirigió hacia la presidencia, sin levantar la mano ni para saludar.

En su intervención, el presidente de la Xunta de Galicia destacó los valores más tradicionales de su partido y aludió a su viejo concepto de la "mayoría natural", pero evitando entrar en contradicción con la línea modernizadora de la actual dirección. Luego hizo reir a los compromisarios, con su verbo atropellado, al comparar al PSOE con un coche que "pone el intermitente a la izquierda, gira a la derecha y confunde todas las señales". El chiste mereció el aplauso hasta del representante de UGT, Apolinar Rodríguez.

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Aunque anunció que no atacaría a nadie, proclamó que los socialistas "no son el partido del mañana, son el partido del ayer fracasado". En cuanto Aznar acabó su discurso, Fraga salió disparado hacia él, le dio un abrazo a tal velocidad que no dio tiempo a reaccionar a la mayoría de los fotógrafos, se descolgó de la tribuna y salió, veloz, por una puerta mientras su sucesor recibía aclamaciones.

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