Una crisis distinta a la de 1976

La rigidez de la oferta de vivienda en España dificulta la adecuación de la producción a la demanda. El hecho de que existan más de 5.000 viviendas nuevas por ocupar en Madrid y 2.000 en Barcelona -según la Federación Española de Promotores y Constructores, que preside Lluís Marsá, de La Llave de Oro- explica además la ineficiencia social del mercado.

Sin embargo, este desfase no es tan dramático como en la gran crisis que atravesó el sector en 1976, "cuando el exceso de oferta hundió los precios y puso en dificultades a grandes grupos vinculados a entidades financieras", señalan lo...

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La rigidez de la oferta de vivienda en España dificulta la adecuación de la producción a la demanda. El hecho de que existan más de 5.000 viviendas nuevas por ocupar en Madrid y 2.000 en Barcelona -según la Federación Española de Promotores y Constructores, que preside Lluís Marsá, de La Llave de Oro- explica además la ineficiencia social del mercado.

Sin embargo, este desfase no es tan dramático como en la gran crisis que atravesó el sector en 1976, "cuando el exceso de oferta hundió los precios y puso en dificultades a grandes grupos vinculados a entidades financieras", señalan los analistas. Aquel bache y la subsiguiente fiebre de compras en el animado mercado bursátil de la segunda mitad de los setenta reestructuraron los grandes patrimonios inmobiliarios españoles, dando lugar a las compañías más capitalizadas de los últimos años, como Vallehermoso (participada entonces por el Banco Hispano Americano), Inmobiliaria Colonial (Banco Central), Urbis y Sotogrande, entre otras.

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Los promotores inmobiliarios defienden que los precios de la obra nueva certificada no pueden bajar debido a "los altos costes de construcción y mano de obra, al precio del suelo edificable y a la lentitud de los trámites urbanístcos", afirma la Federación de Promotores y Constructores.

Respecto al alto precio del suelo urbanizado, algunas estimaciones del propio sector sitúan por encima del billón de pesetas la sobrevaloración producto de los pases (operaciones de compraventa) efectuados en España por los propios promotores en los momentos álgidos del reciente boom inmobiliario. "Los promotores, que ahora critican la rigidez de los costes en la construcción de viviendasí, se beneficiaron de las plusvalías históricas latentes en el momento de la gran burbuja especulativa", afirman estos medios.

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