Treinta chabolistas se movilizan por la detención de dos presuntos narcotraficantes

La policía había registrado muchas veces las chabolas de I. F. F., de 45 años, y M. R. S., de 52. Nunca encontró nada. Esta semana montó una vigilancia especial, y el jueves les sorprendió en un descampado próximo a los chamizos con medio kilo de heroína, valorado en unos 10 millones de pesetas. Una treintena de familiares se concentraron ayer ante los juzgados de plaza de Castilla para manifestar su apoyo.

La policía les acusa de traficar con droga y ellos alegan que sólo pretendían saciar sus necesidades fisiológicas al amparo de la penumbra que iluminaba el poblado del Cerro de las L...

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La policía había registrado muchas veces las chabolas de I. F. F., de 45 años, y M. R. S., de 52. Nunca encontró nada. Esta semana montó una vigilancia especial, y el jueves les sorprendió en un descampado próximo a los chamizos con medio kilo de heroína, valorado en unos 10 millones de pesetas. Una treintena de familiares se concentraron ayer ante los juzgados de plaza de Castilla para manifestar su apoyo.

La policía les acusa de traficar con droga y ellos alegan que sólo pretendían saciar sus necesidades fisiológicas al amparo de la penumbra que iluminaba el poblado del Cerro de las Liebres.Los agentes del Cuerpo Nacional en el distrito de Fuencarral sorprendieron a las nueve de la noche a los dos detenidos nada más salir de sus chabolas junto a una bolsa con medio kilo de heroína. "Ellos nunca esconden la droga en su casa", declaró un agente, "pero cuando anochece salen para desenterrarla del escondite y comenzar a repartirla entre los camellos".

El mismo agente indicó que el menor de los dos presuntos traficantes ejerce de patriarca en el poblado del Cerro de las Liebres, situado entre las localidades de Fuencarral y Alcobendas. Los toxicómanos que acuden a esa zona conocen a sus proveedores como los "gitanos de Tele 5", por la proximidad con la sede del canal de televisión privada.

El más respetado del lugar

Los familiares de los detenidos temían ayer que cualquier foliculario creyese la versión policial de que uno de los detenidos era un patriarca. "Se trata de simples fruteros", decían mientras aguardaban ante los juzgados la salida del abogado defensor. "Uno trabaja aquí, en la plaza de Castilla, y otro lo hace en Prosperidad. Pero ninguno es patriarca. El más chico es el más respetado entre nosotros porque es el que mejor habla, pero no manda nada más que en su familia. Si fuera patriarca tendría un poder sobre todos nosotros, pero no es así. Lo que pasa es que la policía les llama patriarcas para que parezca que han trincado a un pez gordo".Ante la posibilidad de que al juez le pareciese extraño que dos personas saliesen a defecar juntas, un familiar espetó al periodista: "Eso es raro para ustedes, pero para nosotros, que estamos acostumbrados desde hace cientos de años a vivir en el campo, es muy natural. Yo mismo le digo muchas veces a mi vecino, aunque él no tenga ganas: "Chacho, vente conmigo, que voy a hacer una necesidad".

Durante toda la mañana permanecieron ante las puertas de los juzgados unas 30 personas. "Hay tanta gente porque son de dos familias distintas. Además, muchos sólo somos amigos, pero si yo soy amigo tuyo voy donde vayas tú". Acudieron también los vecinos del poblado de la Quinta de El Pardo, próximo al Cerro de las Liebres.

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Este alijo supone la cantidad de droga más elevada de todas las que se han decomisado en el citado núcleo chabolista del Cerro de las Liebres.

La heroína aprehendida, según fuentes policiales, es de gran pureza, procedente de Irán o Turquía, y suele conocerse como sugar brown (azúcar moreno), la morena o la turca.

El letrado de los detenidos, Juan Carlos Hernández Díaz, indicó que sus clientes se hallaban en libertad provisional. "La causa de que haya venido tanta gente a repaldarles en la plaza de Castilla es la injusticia que supone el hecho de que le quieran achacar el tráfico de una mercancía que se encontró en un terreno comunal, no privado".

Hernández Díaz indicó que pruebas en contra no hay ninguna y que la policía exagera siempre la relevancia social de los detenidos.

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