Intenso debate en UGT sobre la estrategia para las futuras negociaciones con el Gobierno

La oferta del Gobierno para reformar el mercado laboral ha provocado un intenso debate en el seno de UGT y lo que un sindicalista ha denominado "diversas sensibilidades". Los dirigentes proclives a negociar -Cataluña, construcción y banca, sobre todo- creen que el Ejecutivo está dando argumentos a quienes se oponen al diálogo y quieren que claririque su oferta y, sobre todo, que cumpla los compromisos pendientes para facilitar ese proceso.

La propuesta del Gobierno centró buena parte de la reunión que mantuvo, durante toda la jornada del jueves, el líder de UGT, Nicolás Redondo, con los...

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La oferta del Gobierno para reformar el mercado laboral ha provocado un intenso debate en el seno de UGT y lo que un sindicalista ha denominado "diversas sensibilidades". Los dirigentes proclives a negociar -Cataluña, construcción y banca, sobre todo- creen que el Ejecutivo está dando argumentos a quienes se oponen al diálogo y quieren que claririque su oferta y, sobre todo, que cumpla los compromisos pendientes para facilitar ese proceso.

La propuesta del Gobierno centró buena parte de la reunión que mantuvo, durante toda la jornada del jueves, el líder de UGT, Nicolás Redondo, con los secretarios generales de las distintas federaciones de industria y uniones territoriales del sindicato. Según la versión oficial de la reunión, existe "identidad de criterios de todos los dirigentes de UGT en esta cumbre, en el enfoque de la reforma del mercado de trabajo y en las orientaciones de la negociación colectiva para 1993", y se añade que van a defender unas "negociaciones con tanta amplitud temática como precisión en los contenidos, con una presentación ordenada de cada una de las materias, lo que despeja cualquier confusión". Sin embargo, varios asistentes a la reunión no reconocen esa total identidad de criterios, sobre todo con la exposición hecha, en nombre de la ejecutiva confederal, por José María Zufiaur, con un absoluto rechazo a la oferta del Gobierno.El dirigente de Cataluña, José Álvarez, se mostró de nuevo partidario de negociar, aunque dejó muy claro que tanto él como su sindicato se sienten "muy a gusto" con el método de negociación propuesto por la ejecutiva confederal. Reiteró sus ideas sobre la necesidad de reformar el mercado de trabajo, pero aclaré que esto no significa apoyar la oferta presentada por el Gobierno. Álvarez fue atacado por algunos cargos del sindicato, que le acusaron de "renovador" y de apoyar al vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra. El vicepresidente tuvo más críticas que el ministro de Economía, Carlos Solchaga.

Defendieron también la necesidad de diálogo social Blanca Uruñuela, responsable de alimentación, y Eduardo Donaire, secretario general de Asturias. Se señalan como significativos los silencios de los responsables de Valencia, Zaragoza y banca. Ninguno de ellos puso en cuestión su apoyo a las resoluciones de la ejecutiva confederal y el cierre de filas con la dirección fue evidente, pero en el transcurso de la reunión se vio que hay inquietud y un debate no cerrado.

Concluir lo pendiente

El criterio común de los sectores más partidarios de negociar es que no se puede decir no a todo lo que propone el Gobierno, y así lo reconoció ayer a EL PAÍS Jorge Díez, responsable de banca. Él cree que se puede abordar la reforma laboral, aunque en un momento más tranquilo que el actual, y concluir ahora las mesas pendientes.El representante de construcción, Teodoro Escorial, partidario del diálogo, calificó de "falaz" la oferta del Ejecutivo y defendió en la reunión el documento conjunto elaborado por UGT y CC OO como un buen punto de partida para negociar, porque supone "una reforma importante del mercado de trabajo".

Escorial declaró a EL PAÍS que el Gobierno debe aclarar qué quiere discutir, porque las distintas declaraciones de miembros del Ejecutivo "están generando una oposición brutal a cualquier proceso de negociación". Él toma la palabra al ministro de Trabajo, Luis Martínez Noval, para que les envíe cuanto antes la propuesta por escrito, para comprobar qué quieren hacer con los despidos. Un dato que le hace desconfiar es que en la mesa de reforma de la contratación, en la que participa una representación de UGT, se haya incluido la legalización de las empresas de contratación temporal, porque pone en peligro el preacuerdo para modificar cuatro tipos de contratos temporales. Tampoco entiende las trabas puestas al acuerdo sobre la ley de huelga. Su conclusión es que con todo ello "se están dando argumentos a los contrarios al diálogo".

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