Ligero rifirrafe entre renovadores y guerristas

A pesar de que el discurso conciliador de Felipe González marcó las intervenciones posteriores de los representantes socialistas en el comité federal, y de que la decisión del jefe de Gobierno de ponerse al frente del partido durante la campaña fuera unánimente bien acogida, renovadores y guerristas no pudieron obviar sus diferencias en un clima, eso sí, más bien distendido. Según asistentes a la reunión, los guerristas acusaron al sector renovador de actuar en ocasiones de forma desleal, de no cumplir lo acordado en el último congreso y de lanzar mensajes negativos a través de la prensa. Actu...

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A pesar de que el discurso conciliador de Felipe González marcó las intervenciones posteriores de los representantes socialistas en el comité federal, y de que la decisión del jefe de Gobierno de ponerse al frente del partido durante la campaña fuera unánimente bien acogida, renovadores y guerristas no pudieron obviar sus diferencias en un clima, eso sí, más bien distendido. Según asistentes a la reunión, los guerristas acusaron al sector renovador de actuar en ocasiones de forma desleal, de no cumplir lo acordado en el último congreso y de lanzar mensajes negativos a través de la prensa. Actuó como portavoz de estas posiciones el ex ministro Javier Sáenz Cosculluela, brazo derecho del secretario de organización del PSOE, Txiki Benegas.El presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, en nombre de los renovadores, replicó que desde la dirección del partido no se actuara de forma sectaria, abogó por dar participación a todos los sectores del PSOE y preguntó a Saénz Cosculluela, que había aludido a la mayoría, "en nombre de qué mayoría" hablaba. Leguina también respondió a unas declaraciones irónicas del presidente de la Junta de Extremadura, Rodríguez Ibarra, sobre el código deontológico propuesto por el presidente de la comunidad madrileña, señalando que lo presentaría en el congreso del PSOE.

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Pero el hecho de que Felipe González pusiera énfasis en señalar que se ponía a la cabeza de la coordinación entre Gobierno y partido para la campaña electoral, y que los socialistas se debían volcar en ofrecer propuestas atractivas a la sociedad, provocó que todos los intervinientes se sumaran a ese discurso. Salieron de la reunión con un declarado optimismo respecto a las posibilidades electorales del partido.

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