Un testigo de la muerte de un joven en el metro denuncia la falta de medios

La muerte de un joven arrollado el martes por un tren en la estación de metro de Bilbao (Línea 1) se produjo sin que las personas presentes pudieran hacer nada por él. "Ni siquiera había un botiquín en condiciones", dijo ayer un médico que se encontraba en el andén cuando se produjo el suceso. El facultativo, junto a a otro médico, auxilió al joven, de unos 18 años y rasgos árabes, quien cayó desde la plataforma que une a los vagones. La Jefatura Superior de Policía informó de que parece tratarse de un accidente.

El suceso se produjo alrededor de las 19.20 horas del martes. "Yo iba al c...

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La muerte de un joven arrollado el martes por un tren en la estación de metro de Bilbao (Línea 1) se produjo sin que las personas presentes pudieran hacer nada por él. "Ni siquiera había un botiquín en condiciones", dijo ayer un médico que se encontraba en el andén cuando se produjo el suceso. El facultativo, junto a a otro médico, auxilió al joven, de unos 18 años y rasgos árabes, quien cayó desde la plataforma que une a los vagones. La Jefatura Superior de Policía informó de que parece tratarse de un accidente.

El suceso se produjo alrededor de las 19.20 horas del martes. "Yo iba al cine y llegué al andén de. Bilbao justo cuando partía un tren", explica el doctor.

"Cuando me lamentaba de haber pedido el tren, una niña dio un grito espantoso, me dirigí a ella y me señaló la vía, donde estaba el joven, cuyas piernas habían sido prácticamente seccionadas por las ruedas".

En el andén había unas cinco personas que, según el testigo, actuaron rápidamente para atender al herido. "Mientras el otro médico y yo bajamos a la vía, los otros viajeros se fueron a avisar a las taquillas para detener los trenes y llamar a una UVI móvil".

"Sin embargo", se lamentó, en la garita de la estación no había nadie y el botiquín que nos dieron tenía un material más indicado para atender a muertos que a vivos. Había unas cuatro vendas, un curioso aparato para hacer torniquetes y muchos pares de guantes".

El joven permaneció con vida unos minutos: "Aunque no hablaba, subía y bajaba las cejas cuando nos dirigíamos a él. Lo único que pudimos hacer fue tranquilizarle y controlar sus constantes". Cuando llegó la UVI ya había fallecido, por lo que se avisó al juez de guardia, quien ordenó el traslado del cadáver al Instituto Anatómico Forense, donde ya ha sido identificado por sus familiares.

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El testigo ha relatado que ayer por la mañana llamó a la dirección del metro y al comité de empresa para denunciar la falta de medios: "He tenido que echarles la bronca porque no se habían enterado de lo ocurrido".

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