Sólo tres de las 28 muertes en la M-30 durante 1992 se produjeron en su nuevo tramo

El tramo que cerró la M-30, inaugurado el pasado mes de abril, ha resultado ser el menos peligroso de la principal vía de circunvalación de Madrid, que el pasado año batió récords en número de accidentes y de heridos. En sus 12 nuevos kilómetros -entre el puente de los Franceses y el nudo de Manoteras- se registraron tres muertos, mientras que en los 19 kilómetros restantes fallecieron 25 personas. El mayor número de accidentes mortales volvió a concentrarse en torno al puente de Ventas. La reforma de este punto negro es la única obra del Plan de Accesos pendiente de ejecutar.

El nu...

El tramo que cerró la M-30, inaugurado el pasado mes de abril, ha resultado ser el menos peligroso de la principal vía de circunvalación de Madrid, que el pasado año batió récords en número de accidentes y de heridos. En sus 12 nuevos kilómetros -entre el puente de los Franceses y el nudo de Manoteras- se registraron tres muertos, mientras que en los 19 kilómetros restantes fallecieron 25 personas. El mayor número de accidentes mortales volvió a concentrarse en torno al puente de Ventas. La reforma de este punto negro es la única obra del Plan de Accesos pendiente de ejecutar.

El nuevo tramo de la M-30, considerando su longitud y el tiempo que ha estado abierto (desde abril), registra una siniestralidad ocho veces menor que el resto de la vía. En ese tiempo, tres personas han dejado la vida sobre su asfalto; una en el kilómetro 25 (a la altura del nudo de la Zarzuela) y dos en el kilómetro 23 (cerca del nudo de Puerta de Hierro), según los datos facilitados por la Policía Municipal.Todos los accidentes acaecidos en este tramo, además, ocurrieron en dirección Sur (la policía denomina así el de las agujas del reloj, por lo que en realidad iban hacia el Norte). La mayor parte de los siniestros de la M-30 se producen, no obstante, en dirección Norte (el sentido contrario a las agujas).

Sin embargo, el tercer cinturón de Madrid sigue siendo la ruta más sangrienta de la capital. Después de un año excepcional (en 1991 se redujeron las cifras de siniestros), las estadísticas se han vuelto a disparar. En 1992 se batió el récord de accidentes (950, un 8% más) y de heridos (653, un 9% de incremento). También aumentó el número de muertos (28 frente a 19), aunque en este capítulo sigue vigente la marca de 1989, el año en el que más personas perecieron en la M-30 (38).

La Policía Municipal encuentra varias explicaciones para justificar este incremento de 1992. La principal, el aumento de velocidad propiciado por los vehículos, especialmente camiones, que han despejado la vía al trasladarse a la M-40. La velocidad media pasó de 55 kilómetros por hora de octubre de 1991 a 72 kilómetros por hora el mismo mes del año pasado. El resto de los percances se producen por causas reiteradas cada año: tráfico intenso y diseño imperfecto de la vía.

'Puntos negros'

No obstante, los agentes responsables de los atestados están analizando las razones por las, que dos zonas, el puente de Ventas y el de Segovia, se han convertido en los puntos negros de la circunvalación. Alrededor del puente de Ventas se produjeron cinco muertos (cuatro en sentido Norte) y tres en las cercanías del puente de Segovia (sólo uno en dirección Norte). No es ninguna sorpresa. Año tras año, ambos tramos ostentan este dudoso privilegio.Según los policías que están redactando el análisis, el trazado del puente de Ventas y la excesiva velocidad son factores que coinciden en los accidentes que se registran en el tramo. En este punto se produce un estrechamiento, la calzada dibuja una curva y, para colmo, la circulación suele hacerse lenta repentinamente debido al acceso a O'Donnell, en sentido Sur, y al de la carretera de Barcelona, en dirección Norte.

Sin embargo, este punto negro está pendiente de una reforma total que no acaba de llegar. La modificación del puente de Ventas fue el garbanzo negro que se coló en el Plan de Accesos de Madrid (firmado por el Estado, la Comunidad y el Ayuntamiento para la construcción de nuevas vías). Pero es la única obra del convenio que no está en marcha.

El Gobierno municipal del PP decidió asumir la obra dentro de la reforma urbanística de la zona de Ventas, donde se van a construir oficinas, viviendas, aparcamientos, un mercado y calles de nuevo trazado. La reforma del puente, que, curiosamente, da nombre a la operación, es la pata más atrasada.

El Ayuntamiento pretende hacer una obra que prolongue los laterales de la M-30, que en, este punto se interrumpen y ascienden hacia la calle de Alcalá. Sin embargo, el Gobierno municipal no logra involucrar en. la operación al Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) para que asuma el sobrecoste del proyecto.

El trazado de la vía también ha convertido el puente de Toledo en otro punto negro. En esa zona, la M-30 se curva siguiendo la silueta del río Manzanares y se estrecha a su paso por el histórico puente. El ministerio intentó paliar el peligro limitando la velocidad a 70 kilómetros hora, pero las placas raramente se respetan, se lamenta la policía.

El grupo municipal socialista pidió en el pleno de diciembre que se controlara de forma más rigurosa la velocidad en el tercer cinturón. Según declaró el concejal del PSOE Eugenio Morales, la M-30 es la más peligrosa de Madrid, "no por el diseño, sino por las altas velocidades que en ella se alcanzan".

Según el concejal de Seguridad, Carlos López Collado, hasta el 14 de diciembre pasado el radar de la Policía Municipal fotografió a 81.091 coches que excedieron el límite de velocidad. López Collado comentó que está más preocupado por la siniestralidad del cuarto cinturón. "De la M-40 no tenemos datos, ya que es la Guardia Civil de Tráfico la que se ocupa de su vigilancia, pero por el elevado número de intervenciones de la Policía Municipal o las ambulancias del Ayuntamiento, creemos que el índice de accidentes es grande". López Collado es partidario de acometer una revisión de las medidas de seguridad de la M-40.