El delegado del Gobierno en Madrid deja su despacho sin cumplir sus proyectos sociales

Cuando el Boletín Oficial del Estado publicaba ayer el cese del delegado del Gobierno en Madrid, éste ya había abandonado definitivamente su despacho. El balance que los políticos hacen de su gestión es dispar y, paradójicamente, coincidente. En el Ayuntamiento, del PP, hablan de buena coordinación policíal, y en IU, de que se ha limitado a ejercer de gobernador civil. En 20 meses de gestión, Segismundo Crespo ha obtenido el mismo número de titulares de prensa por problemas de orden público que de orden social, pero para estos últimos sólo ha aportado promesas que deja incumplidas.

La ú...

Cuando el Boletín Oficial del Estado publicaba ayer el cese del delegado del Gobierno en Madrid, éste ya había abandonado definitivamente su despacho. El balance que los políticos hacen de su gestión es dispar y, paradójicamente, coincidente. En el Ayuntamiento, del PP, hablan de buena coordinación policíal, y en IU, de que se ha limitado a ejercer de gobernador civil. En 20 meses de gestión, Segismundo Crespo ha obtenido el mismo número de titulares de prensa por problemas de orden público que de orden social, pero para estos últimos sólo ha aportado promesas que deja incumplidas.

La última promesa de Segismundo Crespo consistió en que se buscaría un acomodo a las reuniones de dominicanos en Aravaca. La hizo a primeros de noviembre, tras el enfrentamiento habido entre 200 personas de esa nacionalidad y la Policía Municipal ' La repitió tras la muerte, el día 13, de Lucrecia Pérez a manos de un pistolero encapuchado. Ayer mismo, sus colaboradores confirmaban, una vez más, que la solución estaba por llegar.Segismundo Crespo Varela, de 50 años, inspector de Trabajo y subdirector del Instituto Español de Emigración antes de llegar a la Delegación del Gobierno, tomó posesión de este último cargo en abril del pasado año. Como político que ha trabajado siempre en temas laborales, Crespo dio a conocer su sensibilidad por asuntos sociales desde el primer momento. En una entrevista publicada por EL PMS dos meses después de llegar a la Delegación, anunciaba: "Varnos a ofrecer trabajo a todos los inmigrantes regularizados".

Poco después, en septiem bre, estalló en Madrid un con flicto social que convulsionó a todos los estamentos madrileños: la terca oposición de los vecinos de Villaverde Bajo a las obras de un núcleo de viviendas para realojar a chabolistas gitanos. Segismundo Crespo se aprestó a intervenir como me diador en el conflicto. Las negociaciones con gitanos, veci nos de Villaverde y administraciones locales se saldaron con el acuerdo de paralizar las obras -lo que ya habían conseguido los vecinos con sus protestas y garantizar el realojamiento de 220 familias gitanas. Crespo, que hizo de portavoz de las tres administraciones locales -Comunidad, Ayuntamiento y Delegación- fijó la fecha de agos to de 1992. Los chabolistas siguen donde estaban.

Aquí no hay dinero

Otro gran proyecto de Segismundo Crespo que acaparó grandes titulares de prensa fue el conseguir avales para que los inmigrantes magrebíes de Peña Grande pudieran alquilar pisos en Madrid. En Peña Grande viven en chabolas alrededor de 800 personas, de origen marroquí en su mayoría. Muchos de ellos aseguran tener dinero, pero no pueden alquilar un piso porque los españoles les piden un año de alquiler o se lo niegan por desconfianza.

"No se puede hablar de promesas inclumplidas", decía ayer su jefe de prensa, Rafael Chávarri. "lo que pasa es que Segismundo Crespo no ha eludido nunca su responsabilidad. Otra cosa es que, en efecto, esta delegación no tiene dinero para esas cuestiones". Preguntado por promesas concretas, como

la de los avales, Chávarri aseguró que la Delegación del Gobierno había hecho gestiones, pero que nadie quiere alquilar casas a los inmigrantes."La gestión de Segismundo Crespo", dice Isabel Vilallonga, portavoz de IU en la Asamblea de Madrid, "es la misma que la de cualquier delegado del Gobierno porque es un mero delegado del Ministerio del Interior, no una figura que coordine a las diferentes administraciones". "Crespo quiso volver al Consorcio de la Población Marginada. Bien. Pero nunca puso un duro. Ha sido un mero . gobernador civil que ha practicado una política clásica aplicando la ley Corcuera ".

Para José María de la Riva, concejal socialista del Ayuntamiento de Madrid, lo más positivo de la labor de Segismundo Crespo ha sido "dar un sentido más social a la Delegación del Gobierno". De la Riva cree que Crespo se ha involucrado en todos los temas importantes, aún no siendo de su competencia, y no ha pecado de incumplimiento. "Su trabajo era coordinar, no poner el dinero. El problema se presenta cuando una de las administraciones, el Ayuntamiento de Madrid, se opone a dar alguna solución".

Carlos López Collado, concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid, opina así: "Yo no puedo más que elogiar su actitud de colaboración permanente y coordinación con la policía local. La suya ha sido una responsabilidad institucional de la que carecía su antecesora, Ana Tutor".

En contra de su correligionario, el portavoz parlamentario del PP en Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, cree que Segismundo Crespo ha sido un pésimo delegado. "Ha conseguido vencer el binomio de a más seguridad menos libertad. Este delegado ha quebrantado las dos cosas al tiempo". Prueba de su ineptitud es, para Ruiz Gallardón, el cese decidido por el Gobierno sin esperar a tener un sustituto. "El detonante ha sido la actuación de Crespo en el tema de la cárcel de Soto del Real", dice. [la Guardia Civil detuvo a miembros de la policía local de Soto cuando ésta custodiaba el precinto de la finca, ordenado por el Ayuntamiento de la localidad].

Crespo toma hoy posesión de su nuevo cargo de director general de Asuntos Sociales, Empleo y Relaciones Laborales. en la Comisión Europea.