Cuba introduce el voto directo y secreto pero sin aceptar el pluripartidismo

La Asamblea Nacional de Cuba aprobó el jueves por unanimidad una ley electoral que introduce el voto directo y secreto de la población como nuevo mecanismo para elegir a los diputados, dentro, eso sí, del sistema de partido único. La nueva ley, que se aplicará ya en las próximas elecciones cubanas, previstas para finales de este año o comienzos de 1993, fue calificada por Fidel Castro como "una muestra de valentía política, cuando Cuba vive una situación de guerra".

El máximo líder cubano clausuró, vestido de verde olivo, la última reunión del año de la Asamblea Nacional, y ante sus 464...

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La Asamblea Nacional de Cuba aprobó el jueves por unanimidad una ley electoral que introduce el voto directo y secreto de la población como nuevo mecanismo para elegir a los diputados, dentro, eso sí, del sistema de partido único. La nueva ley, que se aplicará ya en las próximas elecciones cubanas, previstas para finales de este año o comienzos de 1993, fue calificada por Fidel Castro como "una muestra de valentía política, cuando Cuba vive una situación de guerra".

El máximo líder cubano clausuró, vestido de verde olivo, la última reunión del año de la Asamblea Nacional, y ante sus 464 diputados, dijo: "Tengo la convicción de que la ley que acabamos de aprobar es buena y servirá para perfeccionar nuestra democracia". Castro aclaró que el nuevo mecanismo electoral no significa una concesión, pues, aseguró, "si nosotros fuéramos a pasar a la elección directa a base de tener que introducir la politiquería y las campañas individuales, sería desastroso para nuestra revolución". Por ello debe ser un "principio para este Parlamento no caer en el pluripartidismo político", enfatizó Castro.El presidente cubano consideró que uno de los cambios más significativos de la nueva ley electoral es la introducción del voto directo y secreto como forma de elegir a los diputados de las asambleas provinciales y de la Asamblea Nacional. Hasta ahora, los cubanos sólo elegían de forma directa a los delegados municipales (concejales), unos 14.500 en todo el país, y eran ellos los que luego, en una votación interna, elegían a los diputados.

Por primera vez en los 33 años de vida de la Revolución, los cubanos participarán con su voto en ambos procesos electorales (comicios municipales y generales), lo cual ha sido aplaudido hasta por los sectores más críticos del régimen socialista. Sin embargo, el nuevo procedimiento pone restricciones a la hora de conformar las listas que se someten al voto popular.

Según la nueva ley, estas listas son elaboradas por unas Comisiones de Candidatura, que son las que deciden quiénes se presentan a las elecciones y confeccionan las listas cerradas. Dichas comisiones están constituídas por representantes de la Central de Trabajadores de Cuba, de los Comités de Defensa de la Revolución, de la Federación de Mujeres Cubanas y de otras organizaciones.

Aunque en estas comisiones no está el Partido Comunista, es de sobra conocida la influencia que éste tiene sobre todas las organizaciones de masas. La ley intenta compensar este desequilibrio con la siguiente exigencia: para ser electo diputado es necesario obtener más del 50% de los votos válidos.

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