Klaus y Meciar fijan las reglas del juego para después de la partición del país

El primer ministro checo, Vaclav Klaus, y su homólogo eslovaco, Vladímir Meciar, firmaron ayer un primer paquete de 16 acuerdos que definirán las relaciones entre los dos Estados después de la prevista disolución de la federación el próximo 1 de enero.Los acuerdos incluyen la unión aduanera y el mantenimiento de una misma moneda, una de las condiciones impuestas por la Comunidad Europea.

"Los 16 acuerdos que acabamos de firmar representan un gran acuerdo tras un muy responsable trabajo" de preparación, aseguró Klaus en una rueda de prensa.

Meciar, tras felicitarse también por los...

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El primer ministro checo, Vaclav Klaus, y su homólogo eslovaco, Vladímir Meciar, firmaron ayer un primer paquete de 16 acuerdos que definirán las relaciones entre los dos Estados después de la prevista disolución de la federación el próximo 1 de enero.Los acuerdos incluyen la unión aduanera y el mantenimiento de una misma moneda, una de las condiciones impuestas por la Comunidad Europea.

"Los 16 acuerdos que acabamos de firmar representan un gran acuerdo tras un muy responsable trabajo" de preparación, aseguró Klaus en una rueda de prensa.

Meciar, tras felicitarse también por los acuerdos, denunció que Hungría aspira a revisar los acuerdos de Trianon, firmados en 1920 tras la I Guerra Mundial, que determinan sus actuales fronteras. "Esta situación preocupa no sólo a Eslovaquia sino a todos los vecinos de Hungría, a Rumania y a la provincia yugoslava de Voivodina, entre ellos. Todos deberíamos tener en cuenta este peligro", añadió Vladímir Mleciar, quien a su vez advirtió que el problema en torno a la presa de GabcIkovo podría representar para Hungría un recurso, pero no el fin para satisfacer sus aspiraciones.

En relación con la polémica obra hidráulica de GabcIkovo, el líder nacionalista eslovaco insistió en que con su construcción Eslovaquia respetaba plenamente todas las leyes naturales e intentaba evitar pérdidas ecológicas, no sólo a Eslovaquia sino también a Hungría.

Klaus rehusó expresarse al respecto, aduciendo que "Gabcikovo es un problema que incumbe a Eslovaquia. A nosotros nos tocará resolver un problema semejante relacionado con las plantas nucleares y tampoco vamos a consultar a los eslovacos".

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