Kohl dice ahora a los alemanes que los impuestos no subirán antes de 1995

El congreso anual de los democristianos alemanes (CDU) finalizó ayer en Düsseldorf con la sensación de que el partido del canciller, Helmut Kohl, carece de un concepto claro sobre el futuro y sobre cómo enfrentarse a los graves problemas que sacuden a la Alemania unificada. El propio Kohl, que amenazó el primer día con una inminente subida de los impuestos, se desdijo ayer y aseguró que en ningún caso se producirá antes de 1995, es decir, un año después de las próximas elecciones generales.

Kohl intervino en el debate sobre política fiscal para aclarar que sus palabras del lunes -cuando...

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El congreso anual de los democristianos alemanes (CDU) finalizó ayer en Düsseldorf con la sensación de que el partido del canciller, Helmut Kohl, carece de un concepto claro sobre el futuro y sobre cómo enfrentarse a los graves problemas que sacuden a la Alemania unificada. El propio Kohl, que amenazó el primer día con una inminente subida de los impuestos, se desdijo ayer y aseguró que en ningún caso se producirá antes de 1995, es decir, un año después de las próximas elecciones generales.

Kohl intervino en el debate sobre política fiscal para aclarar que sus palabras del lunes -cuando advirtió que si fracasa el "pacto de solidaridad" entre la patronal y los sindicatos se producirá un aumento de los impuestos- no suponían una excusa para aumentar la presión fiscal por la puerta trasera. Poco antes había hablado ante los delegados el ministro de Hacienda, Theo Waigel, presidente de los democristianos de Baviera (CSU), el llamado partido hermano. Waigel se pronunció contra cualquier subida de los impuestos, que, en su opinión, sería tan sólo "el último recurso".Para el líder bávaro, los otros recursos son la drástica reducción del gasto público y la reforma de los programas asistenciales del Estado. Kohl se mostró un tanto tibio al respecto. "Estoy a favor de esos recortes, pero debemos decir honradamente que hay una gran distancia entre lo que se dice y lo que se hace", fue su respuesta a Waigel.

El partido aprobó también una ponencia sobre la reconstrucción de la antigua República Democrática Alemana, que admite errores y exige revisar la estrategia. La ponencia contempla la subida de impuestos en 1995, destinada a pagar la deuda de la antigua Alemania comunista, que supone un desembolso anual de 40.000 millones de marcos (2,8 billones de pesetas), y recortes en el gasto social y limitaciones salariales.

Los observadores más críticos insistían ayer en que los democristianos se han quedado sin ideas y se han limitado a jugar con fuego en el tema del asilo y de la violencia racista con la única intención de formar una cortina de humo que esconda a la opinión pública alemana los graves problemas derivados de la unificación

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