Escenas de partido durante la 'foto de familia'

La escenografía del mitin de Las Ventas fue un fiel reflejo de las vicisitudes internas por las que atraviesa el PSOE. Cuando el presidente del Gobierno, Felipe González, y el vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra se cruzaron en el escenario de la plaza de las Ventas, el abrazo del número uno al número dos fue rápido y sin calor, de puro trámite. En lo que sí parecían haberse puesto de acuerdo ambos era en enfundarse una chaqueta, frente a la tradicional cazadora que ambos acostumbran a utilizar en este tipo de actos.Pero el propio tendido de la plaza se encargaba de mo...

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La escenografía del mitin de Las Ventas fue un fiel reflejo de las vicisitudes internas por las que atraviesa el PSOE. Cuando el presidente del Gobierno, Felipe González, y el vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra se cruzaron en el escenario de la plaza de las Ventas, el abrazo del número uno al número dos fue rápido y sin calor, de puro trámite. En lo que sí parecían haberse puesto de acuerdo ambos era en enfundarse una chaqueta, frente a la tradicional cazadora que ambos acostumbran a utilizar en este tipo de actos.Pero el propio tendido de la plaza se encargaba de mostrar el reparto de adhesiones entre la militancia socialista. En una de las andanadas, una gran pancarta de la Federación Socialista .Madrileña (FSM) rezaba: "Madrid con Felipe". En otra anda nada, las Juventudes Socialistas de Madrid y los metalúrgicos de la capital de España esgrimían carteles en los que reivindicaban juntos los nombres de Felipe y Alfonso.

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Los lemas de las gradas tuvieron su traducción en el escenario, situado en el ruedo. El secretario general de la Federación Socialista Madrileña (FSM), Teófilo Serrano -considerado una de las bestias negras por el guerrismo-, en la breve introducción que hizo del mitin, se refirió insistentemente y de forma calurosa a Felipe González como "el líder del proyecto socialista, que ha sabido transmitir confianza a los ciudadanos". Se limitó a citar una sola vez y de puro trámite al vicesecretario general del partido, Alfonso Guerra.

También se refirió, pero esta vez de forma enardecida, al presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid, Joaquín Leguina, marginado por la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE de la lista de oradores del mitin. Serrano llegó a decir en su intervención que hablaba en nombre de Joaquín Leguina.

La secuencia final

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Pero la secuencia final del mitin fue un auténtico retrato de familia del enfrentamiento que en Madrid protagonizan el guerrismo -con el presidente de la FSM, José Acosta; el secretario de organización del PSOE, TxIki Benegas, y el propio Guerra a la cabeza- y los seguidores de Teófilo Serrano y Joaquín Leguina.

Salieron al escenario todos, los oradores y los que siguieron el mitin desde los bastidores. En un extremo del escenario se situaron Txiki Benegas; el presidente de la FSM, José Acosta, y Alfonso Guerra. En el otro extremo se colocaron Teófilo Serrano y Joaquín Leguina.

Ambos extremos en litigio político e incluso personal, -en el caso de Acosta, con Leguina y Serrano-, fueron protegidos por un colchón central en el que figuraban el ex alcalde de Madrid, Juan Barranco; el presidente del PSOE, Ramón Rubial, y el propio Felipe González. Unos y otros se despidieron arrojando rosas desde el escenario a los militantes que les aplaudían enfervorizados.