Empeñados, pero contentos

Por ahora sólo son dos los nuevos quioscos de la Gran Vía de estilo decimonónico. "Parecen un decorado del Un, dos, tres", juzga Ángel Mayo, vecino del barrio. El Ayuntamiento ha obligado a los vendedores de prensa de esa emblemática calle a instalarlos con motivo del Madrid 92, pero no ha subvencionado la sustitución, que cuesta 6.487.000 pesetas. Están pendientes de instalación otros cinco, y el resto de los quiosqueros de la calle se resiste. Adolfina Sal, de 66 años - 52 en el oficio-, es la titular de la caseta de plaza de España (en la foto). Está encantada con el nuevo puesto por...

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Por ahora sólo son dos los nuevos quioscos de la Gran Vía de estilo decimonónico. "Parecen un decorado del Un, dos, tres", juzga Ángel Mayo, vecino del barrio. El Ayuntamiento ha obligado a los vendedores de prensa de esa emblemática calle a instalarlos con motivo del Madrid 92, pero no ha subvencionado la sustitución, que cuesta 6.487.000 pesetas. Están pendientes de instalación otros cinco, y el resto de los quiosqueros de la calle se resiste. Adolfina Sal, de 66 años - 52 en el oficio-, es la titular de la caseta de plaza de España (en la foto). Está encantada con el nuevo puesto por su capacidad de exposición y almacenamiento y por su estética. Rosa Garrigós, presidenta de la Asociación de Vendedores de Prensa, critica la falta de ayuda municipal, que relaciona con la ausencia del alcalde, José María Álvarez del Manzano, en la presentación celebrada ayer. Los nuevos quioscos tienen tres metros de diámetro, y la cúpula que los corona sirve de almacén. Pilar López, de 50 años, dueña del situado en el número 34, resume su funcionalidad: "Hasta ahora éramos okupas de las tiendas cercanas".

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