Descontento de los trabajadores de Centro con el 'ultra' Bernard
Los trabajadores de la Junta Municipal de Centro han denunciado ante el concejal de Personal, Antonio Moreno, la "tensa situación" que padecen en la Junta presidida por Ángel Matanzo, agravada desde la llegada en agosto del ultraderechista Miguel Bernard, asesor del concejal y presidente del Frente Nacional.Los empleados de la Junta explicán que Bernard, nombrado en agosto "supuesto" consejero asesor técnico de Matanzo, ha asumido la jefatura de la oficina, de forma que el auténtico jefe de oficina está desbancado por alguien "que no ocupa puesto orgánico alguno en la Junta".
Los emplea...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Los trabajadores de la Junta Municipal de Centro han denunciado ante el concejal de Personal, Antonio Moreno, la "tensa situación" que padecen en la Junta presidida por Ángel Matanzo, agravada desde la llegada en agosto del ultraderechista Miguel Bernard, asesor del concejal y presidente del Frente Nacional.Los empleados de la Junta explicán que Bernard, nombrado en agosto "supuesto" consejero asesor técnico de Matanzo, ha asumido la jefatura de la oficina, de forma que el auténtico jefe de oficina está desbancado por alguien "que no ocupa puesto orgánico alguno en la Junta".
Los empleados, respaldados por los sindicatos UGT y CC OO, señalan que de este modo son muy frecuentes las órdenes contradictorias, máxime cuando el propio concejal siempre ha dictado instrucciones contradictorias y sembrado la confusión.
Las amenazas son la reacción inmediata cuando se cuestiona una orden que no ha seguido su lógico cauce, según denuncian los trabajadores.
Recientemente, Miguel Bernard ha llamado a cuatro trabajadores "para controlar cómo trabajan", explica Matanzo, lo que ha provocado la indignación de éstos, ya que, indican los emplados, "Bernard no sólo no es instructor de expediente alguno, sino que carece de puesto orgánico" en la Junta Municipal de Centro.
La actitud del jefe de oficina, lejos de aclarar cómo su actividad es usurpada, es mantenerse pasivo, critican los trabajadores, que consideran que con esta postura se acentúan las presiones y amenazas sobre ellos.