La negativa croata a alquilar una sede retrasa la salida de los legionarios

La negativa del Gobierno croata a alquilar a las Fuerzas Armadas españolas el edificio de la localidad de Ploce donde debía instalarse la avanzadilla de la Agrupación Málaga fue la causa de que se suspendiera a última hora la salida del primer contingente de la Legión, que debía zarpar ayer desde Almería con destino a Croacia.

El general Luis Martínez Coll, desplazado a la zona desde hace varias semanas, comunicó el martes por la tarde al Ministerio de Defensa que las autoridades locales croatas se habían echado atrás en su compromiso de alquilar al Ejército español un edificio militar ...

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La negativa del Gobierno croata a alquilar a las Fuerzas Armadas españolas el edificio de la localidad de Ploce donde debía instalarse la avanzadilla de la Agrupación Málaga fue la causa de que se suspendiera a última hora la salida del primer contingente de la Legión, que debía zarpar ayer desde Almería con destino a Croacia.

El general Luis Martínez Coll, desplazado a la zona desde hace varias semanas, comunicó el martes por la tarde al Ministerio de Defensa que las autoridades locales croatas se habían echado atrás en su compromiso de alquilar al Ejército español un edificio militar abandonado, próximo a las instalaciones portuarias de Ploce.La administración de Zagreb alegó que el inmueble había sido reclamado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Responsables de este organismo se pusieron en contacto ayer tarde con el ministerio de Defensa español pra comunicarle sus intención de renunicar al inmuebl9 en discordia, lo que permitiría la salida. del buque español con carácter casi inmediato.

Ante la falta de alojamiento que se planteó el pasado martes, el ministro de Defensa, Julián García Vargas, a quien el problema sorprendió en Gleneagles (Escocia), participando en una reunión del Grupo de Planes Nucleares de la OTAN, optó por suspender hasta nueva orden la salida del buque Castilla, con los primeros 183 soldados españoles, integrantes de la denominada unidad de aposentamiento.

El Ministerio de Defensa decidió también renunciar a la búsqueda de un nuevo emplazamiento y trasladar a Naciones Unidas la responsabilidad de negociar el alquiler de otro edificio con la administración croata, evitando así eventuales complicaciones con Zagreb.

García Vargas comparecerá con toda probabilidad el próximo día 28 en una sesión secreta de la comisión de Defensa del Congreso para explicar el despliegue de las tropas españolas en la antigua Yugoslavia, según el presidente de la comisión, el socialista Carlos Sanjuán.

La suspensión de la partida se produjo de forma tan precipitada que no pudo impedir que los 183 soldados embarcaran sobre las 19.00 horas del martes a bordo del Castilla, tal como estaba inicialmente previsto. Los legionarios y paracaidistas recorrieron a pie varios kilómetros hasta el puerto almeriense, pues una manifestación de agricultores del sector del pepino bloqueó los accesos a la ciudad.

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Un lugar para dormir

Ayer por la mañana abandonaron el buque, tras pasar su primera noche a bordo regresaron al campamento Álvarez de Sotomayor, en el municipio de Viator, dónde vienen adiestrándose para la operación desde principios de septiembre. El Castilla continuaba ayer atracado en el puerto con los 49 vehículos sobre ruedas y 41 remolques, todos ellos pintados de blanco y con las siglas de Naciones Unidas, (UN), que se embarcaron el lunes.

Fuentes de Defensa defendieron la decisión de suspender la salida, a pesar de que el barco hubiera tardado todavía unos cuatro días en llegar a Ploce, alegando que "sería una insensatez mandar doscientos hombres a la aventura, a una zona desconocida y sin contar siquiera con un lugar para alojarlos".

La noticia fue recibida con sorpresa, no exenta de malestar en algunos casos, por los afectados. Un grupo de oficiales y suboficiales de la Brigada Paracaidista, que cenaba el martes por la noche en la cafetería del puerto almeriense, a sólo trescientos metros del buque, se enteró a través de la televisión de que no zarparía al día siguiente. "Nos quedamos con la boca abierta", explica un sargento.

Un capitán, que participó en la guerra de lfni cuando tenía 18 años, lo tiene muy claro: "Somos militares y acatamos las órdenes. A un albañil no le preguntan si le gusta subirse al andamio". Ello no impide que se levante las perneras y muestre un calcetín de cada color. "Es que el resto de la ropa", se justifica, "Ia tengo ya guardada en la bodega del barco".

Sus subordinados no dan mayor importancia al retraso. "Si no nos vamos mañana, [por ayer], será otro día", afirma un teniente; a quién le preocupa, sobre todo, la inquietud de su familia, a la que le cuesta mucho trabajo convencer de que él no va a ese Sarajevo infernal que cada día se asoma a los hogares españoles por las pantallas de televisión.

Ayer por la mañana había muy pocos familiares en el puerto de Almería, a pesar de que la mayor parte de los soldados no pudieron avisarles de que, se suspendía la marcha.

Los mandos acaban reconociendo que les fastidia el aplazamiento. "Si teníamos preparadas hasta las majorettes para la despedida", bromean. El jefe de la Agrupación Málaga, coronel Francisco Javier Zarzo, aseguró ayer que la situación bélica de la zona no ha tenido nada que ver con "este ligero aplazamiento".

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