Entrevista:

"No es el momento de hablar de la monarquía"

Siete años después de haber dejado de ser amo y señor de Georgia como primer secretario del partido comunista de esta república transcaucásica, Shevardnadze decidió volver a su patria en marzo de este año. Después de que los caudillos militares locales derrocaran al presidente Zviad Garnsajurdia, regresó a Tbilisi y, a la cabeza del Consejo de Estado, se hizo cargo, de un país que se hallaba sumido en el caos, aislado completamente de la comunidad internacional y desgarrado por conflictos internos. Su primer éxito fue terminar con el aislamiento de Georgia, que fue admitida en la ONU y en la C...

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Siete años después de haber dejado de ser amo y señor de Georgia como primer secretario del partido comunista de esta república transcaucásica, Shevardnadze decidió volver a su patria en marzo de este año. Después de que los caudillos militares locales derrocaran al presidente Zviad Garnsajurdia, regresó a Tbilisi y, a la cabeza del Consejo de Estado, se hizo cargo, de un país que se hallaba sumido en el caos, aislado completamente de la comunidad internacional y desgarrado por conflictos internos. Su primer éxito fue terminar con el aislamiento de Georgia, que fue admitida en la ONU y en la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa. Después logró apagar el conflicto en Osetia del Sur. Ahora ha dado legitimidad al nuevo régimen al realizar unas elecciones democráticas y pluripartidistas.El mismo Shevardnadze ha sido elegido en Votación directa presidente del Parlamento y ha obtenido el 95% de los sufragios. Pero los problemas que afronta hoy son tanto o más graves que los que había en marzo. El caos económico se ha profundizado, y la guerra en Abjazia ha empeorado las relaciones con Rusia y ha replanteado con nueva fuerza el problema de la integridad territorial de Georgia.

El zorro blanco, como le llaman en su patria, piensa que Rusia debe actuar con mayor lealtad hacia Georgia si desea continuar su misión mediadora en el conflicto con Abjazia; y considera que uno de los problemas más urgentes es formar un ejército unido que haga desaparecer a las diferentes organizaciones armadas georgianas que hoy son autónomas.

Pregunta. ¿Puede Rusia aún puede desempeñar un papel positivo en el conflicto de Abjazia?

Respuesta. La actuación de Rusia es tanto positiva como negativa. Lo positivo es que Rusia consiguió, hasta cierto punto, cerrar la frontera y así impedir que esas fuerzas [de voluntarios del Cáucaso del Norte] siguieran entrando en Abjazia en grandes cantidades. Gracias a ello, ahora no estamos en una situación mucho más dificil. Hay otros aspectos positivos en la actuación de Rusia, en particular el acuerdo de Moscú firmado el 3 de septiembre. Pero aquellos que debían materializar ese acuerdo no han estado a la altura de las circunstancias. En especial, los generales que se han apoderado del espacio aéreo y derriban nuestros aviones. De ahí también que no podamos utilizar eficazmente ciertas unidades y que tengamos limitadas posibilidades en el mar. Los barcos que poseemos pueden ser neutralizados fácilmente por los rusos. Creo, sin embargo, que Rusia podría continuar su misión mediadora, pero para ello debe actuar con mayor lealtad. No sé si lo podrá hacer. Estamos en conversaciones. En cuanto a mi futura entrevista con el presidente ruso, Borís Yeltsin, sólo puedo decir que se real izará, pero no sé cuándo ni dónde.

P. ¿Unidades ruso-georgianas podrían patrullar la zona de conflicto?

R. Esa posibilidad existe y está prevista en el acuerdo de Moscú. Pero los generales rusos, por el momento, la han frustrado. Si se hubiera materializado, la tragedia de Gagra no habría ocurrido.

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P. ¿Podrían participar fuerzas abjazas en esas unidades?

R. No lo descarto.

P. ¿Aceptaría la participación del líder abjazo Vladislav Árdzinba en su futura reunión con Yeltsin?

R. La participqción de Árdzinba dependerá de los documentos que se preparen.

P. ¿Estaría de acuerdo que Abjazia mantuviese la misma autonomía de la que gozaba antes del conflicto?

R. Ante todo, creo que debería reunirse el Parlamento abjazo -elegido, como es sabido, de acuerdo con una ley que discrimina a los georgianos- y convocar nuevas elecciones basadas en una nueva ley no discriminatoria. En cuanto a la autonomía, aunque hoy muchos se oponen a ella, soy partidario de conservarla.

P. ¿Cree que el restablecimiento de la monarquía puede favorecer la integración nacional y la pacificación de Georgia?

R. Miles de veces he dicho que la idea de la monarquía es excelente. Pero no creo que hoy, en la dificil situación en que nos encontramos, sea el momento oportuno para centrarnos en este problema. En la nueva Constitución se estudiará esta cuestión. Pero debernos tener en cuenta que hay diferencia de pareceres entre distintos partidos que apoyan a, diferentes pretendientes al trono. Cuando se haya estabilizado la situación, del país abordaremos este importante tema.

P. ¿Qué le parece el hecho de que los antiguos comunistas se hayan aliado con los monárquicos y se definan ahora como liberal-conservadores?

R. Todas las personas están hoy cambiando en este país. No se defiende una monarquía absoluta, sino una constitucional. ¿Qué inconveniente hay en aceptarla? A mí, sea dicho de paso, me gusta mucho el modelo de España y el papel desempeñado por Su Majestad el rey Juan Carlos. Es un muy buen ejemplo. La existencia de un rey como él, de ninguna manera limita las libertades democráticas del país.

P. em-2¿Supondrá la formación del Consejo de Defensa la desaparición de las organizaciones armadas autónomas, corno la Guardia Nacional y los Mjedrioni?

R. Hay que organizar lo antes posible un ejército georgiano unido para que desaparezcan los actuales grupos armados. Esto puede hacerse en dos etapas: en la primera, la Guardia Nacional y los Mjedrioni mantendrían su nombre, pero obedecerían a la disciplina común y al mando común. La tarea es crear, corno existe en cualquier país, un ejército georgiano unificado.

P. ¿Están de acuerdo Tenguiz Kitovani, jefe de la Guardia Nacional, y Dzhaba loseliani, comandante de los Mjedrioni, con esta decisión?

R. En principio, sí. No existe otra solución. Hay ciertos problemas de organización, sobre todo con la Guardia Nacional, que fue formada como una organización independiente. La tarea será complicada, pero es indispensable.

P. Aparte de Abjazia, el conflicto de Osetia del Sur sigue pendiente de solución. ¿Sería posible conceder una autonomía a esta región?

R. Ahora no queremos abordar este problema. Hemos optado por solucionar primero los problemas pequeños y dejar los globales para más tarde. El proceso de pacificación acaba de empezar y no debemos complicar las cosas.

La estructura administrativa del Estado se estudiará en el futuro. Muchos creen que las autonomías en Georgia son herencia de los bolcheviques. Pero personalmente creo que en Abjazia hay que conservarla. En lo que concierne a la de Osetia del Sur, fue eliminada por el anterior Parlamento, y por eso su restablecimiento sería cuestión del nuevo cuerpo legislativo. Y esto no es tan fácil.