'BARÓMETRO DE OTOÑO'

El 66% de los españoles cree que la economía va mal

EL PAÍS La población española tiene en la actualidad la visión más negativa de las dos últimas décadas sobre la situación económica de nuestro país: desde que tenemos datos de opinión al respecto, nunca un porcentaje tan elevado como el 66% obtenido en este sondeo la había descrito antes como mala o muy mala. Esta cifra contrasta con el ya llamativo 50% obtenido en el Barómetro del pasado julio, y sobre todo con el 23% correspondiente al Barómetro de septiembre de 1991. Es decir, en tan sólo un año, prácticamente se ha triplicado la proporción de españoles que percibe nuestra eco...

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EL PAÍS La población española tiene en la actualidad la visión más negativa de las dos últimas décadas sobre la situación económica de nuestro país: desde que tenemos datos de opinión al respecto, nunca un porcentaje tan elevado como el 66% obtenido en este sondeo la había descrito antes como mala o muy mala. Esta cifra contrasta con el ya llamativo 50% obtenido en el Barómetro del pasado julio, y sobre todo con el 23% correspondiente al Barómetro de septiembre de 1991. Es decir, en tan sólo un año, prácticamente se ha triplicado la proporción de españoles que percibe nuestra economía desde una óptica sombría.

Este importante incremento en la consideración de un deterioro global de la economía española se presenta asociado al reconocimiento de un empeoramiento de las economías domésticas, si bien no en forma estrictamente proporcional. Es decir, la economía familiar no se percibe aún tan dañada como la nacional. De todos modos, en comparación con hace tres meses, pasan a ser ya más de tres veces más numerosos los españoles que dicen que en estos últimos meses la situación económica de su casa ha ido a peor que quienes dicen que ha ido a mejor (un 36% frente a un 11%), mientras que en julio pasado no llegaban a representar el doble (un 32% frente a un 17%, respectivamente). Hace un año, dichos porcentajes eran casi similares (21% y 17%, respectivamente).

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Un país caro

Uno de cada dos ciudadanos (el 54%) se muestra de acuerdo con la afirmación de que España es uno de los países más caros del mundo (Idea con la que apenas está en desacuerdo un 31%). La conciencia del elevado coste de la vida es especialmente frecuente en Madrid (66%) y en Cataluña (59%), y más reducida en Anda lucía (49%).

Por otro lado, casi la mitad de los ciudadanos (47%) piensa que nuestra política económica carece de dirección y se está haciendo al día, improvisando. Sólo un 31% considera, en cambio, que responda en conjunto, a un plan previsto y definido. Es de destacar que, a este respecto, no existen diferencias de opinión significativa entre los votantes socialistas y los restantes. Por contra, respecto de la política económica de la CE, predomina, en nuestra ciudadanía, la idea opuesta: el 41% considera que responde, en grandes líneas, a un plan previsto y definido, y un 33% piensa que se está haciendo al día.

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La reciente devaluación de la peseta es percibida como una buena medida para mejorar la economía española tan sólo por un 16% de los ciudadanos, mientras que un 52% estima que se trata de una mala decisión. Para un 13% es una decisión indiferente. En esta cuestión no existen diferencias de opinión significativas entre los votantes socialistas y el resto: se trata de un estado de opinión homogéneamente generalizado.

Respecto a la situación política española, un llamativo 54% la define como mala o muy mala (sólo un 13% como buena o muy buena). Resulta clara la creciente sensación de deterioro de nuestra situación política: hace sólo tres meses la definía como mala o muy mala el 46% de la ciudadanía; en abril de este año, el 44%; en diciembre de 1991, el 30%, y hace justamente un año, el 26%. Es decir, en 12 meses se ha duplicado ampliamente la proporción de ciudadanos que evalúan negativamente el momento político.

Todos estos datos tienen un lógico reflejo en el tono vital de los españoles, que alcanza uno de sus niveles más bajos desde que, hace ya seis años, Demoscopia iniciase su medición sistemática: el termómetro de tono vital registra una puntuación de 55. Sólo en diciembre de 1989 registró un nivel más bajo.

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