La tensión del dinero, paso a paso

La tormenta monetaria provocó una jornada cardiaca en el mercado de deuda

¿Cómo tienes el 11.30, y el 10.30?; ¿desierto?". "¡Paga 70, paga 70!". "¿Tienes algún ciego?". "¡Se han llevado una figura!". "Inglaterra no se mueve". "Grita los niveles, cojones". Con este indescifrable lenguaje se entendían ayer a la perfección los seis negociantes de la sala de deuda pública de Asesores Bursátiles. Ayer todos los operadores del mundo vivieron una jornada de infarto.Las tensiones se desataron en el Sistema Monetario Europeo ayer de forma más virulenta que en sesiones anteriores, y los mercados vibraron. El de renta fija vivió una de sus jornadas más histéricas. Los ...

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¿Cómo tienes el 11.30, y el 10.30?; ¿desierto?". "¡Paga 70, paga 70!". "¿Tienes algún ciego?". "¡Se han llevado una figura!". "Inglaterra no se mueve". "Grita los niveles, cojones". Con este indescifrable lenguaje se entendían ayer a la perfección los seis negociantes de la sala de deuda pública de Asesores Bursátiles. Ayer todos los operadores del mundo vivieron una jornada de infarto.Las tensiones se desataron en el Sistema Monetario Europeo ayer de forma más virulenta que en sesiones anteriores, y los mercados vibraron. El de renta fija vivió una de sus jornadas más histéricas. Los negociantes, que se encargan de buscar deuda pública a sus clientes a un determinado precio, veían subir y bajar la cotización con cada nueva noticia de, forma alarmante. Al final, calificaron la sesión de cardiaca.

11.15 horas. Estalla la bomba. Por los terminales de sus ordenadores leen que el Banco de Inglaterra sube los tipos de interés dos puntos. "Comienza la histeria colectiva", explica Fernando de la Vega, uno de los jóvenes profesionales. "La actividad crece a un nivel insospechado, los clientes demandan información, piden el nivel de precios y las estrategias a corto plazo a seguir", añade este operador.

Es entonces cuando se dan cuenta de que no tienen orejas suficientes para atender tantos teléfonos y empiezan a gritar en un lenguaje en el que. los números y cifras han sustituido a las palabras. Parece que la locura que reina en esa sofisticada lonja no puede ir a más. Sólo hay que esperar unos minutos para comprobar que todo es superable.

11.30 horas. La pantalla les sorprende de nuevo. Bélgica y Holanda, en acción concertada, bajan los tipos de interés un cuarto de punto. "Esto provoca que cambien las expectativas de mercado y se empiezan a recuperar los precios de la deuda con muchas compras centradas en bonos de cinco y 10 años de deuda pública porque son con los que más dinero ganas o más dinero pierdes", añaden. "El nerviosismo lo da el movimiento fuerte de dinero", confiesa uno de los negociantes. Cada vez que tienen un cliente al aparato hay en juego 500 millones de pesetas y apenas se cruzan unas palabras. La actividad es frenética hasta las dos de la tarde. Entonces, el mercado se relaja y los negociantes de deuda respiran aliviados.

15.25 horas. El Banco de Inglaterra se defiende de nuevo. "¡IngIaterra vuelve a subir los tipos de interés del 12% al 15%!", gritan los operadores según lo van leyendo en el ordenador y. la noticia se repite como un eco hasta llegar a la sala de valores, donde todos se echan las manos a la cabeza. La locura vuelve a inundar la sala. "Cinco, cinco, siete, cinco; 10.30". Minutos después Suecia sube al 500% el precio del dinero. Una compañera se acerca y vocea para desahogarse: "¡En España, o suben los tipos de interés o devalúan la peseta!". "Y además, en Francia sale no ".

15.50 horas. A través de la pantalla el Banco de Suecia les dice a los mercados de renta que ya se pueden ir si quieren. "Nos han despistado tanto que ya nos dejan irnos a casa", ironiza Carlos de la Peña.

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