Un patinador atropella a una mujer de 84 años y se da a la fuga

María Rosa Ghirlanda de Jordan, una mujer argentina de 84 años, tiene, desde la tarde del martes, un enorme hematoma en el ojo derecho, chichones en la cabeza, varios puntos de sutura en los talones y un gran susto. Un patinador que hacía el gusano con otros nueve (se agarran por la cintura y se dan impulso) la arrolló, a las ocho de la tarde, cuando ella esperaba a cruzar un paso de peatones en Recoletos. Después se dio a la fuga, según varios testigos.

Ella no recuerda nada, pero varias personas presentes en el lugar manifestaron que el accidente fue ocasionado por uno de los jóvenes ...

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María Rosa Ghirlanda de Jordan, una mujer argentina de 84 años, tiene, desde la tarde del martes, un enorme hematoma en el ojo derecho, chichones en la cabeza, varios puntos de sutura en los talones y un gran susto. Un patinador que hacía el gusano con otros nueve (se agarran por la cintura y se dan impulso) la arrolló, a las ocho de la tarde, cuando ella esperaba a cruzar un paso de peatones en Recoletos. Después se dio a la fuga, según varios testigos.

Ella no recuerda nada, pero varias personas presentes en el lugar manifestaron que el accidente fue ocasionado por uno de los jóvenes que, como en otras tardes veraniegas, patinaban por la zona a gran velocidad (por la noche llegan otros más tranquilos).Esta mujer, que aparenta menos años, explica que había quedado con su hija y unas amigas en el café Gijón. "Me paré a ver un puesto de unos vendedores ambulantes rusos, esperé a que el semáforo se pusiera verde y de repente me encontré dentro de una ambulancia", relata. "Recuerdo que antes del accidente observé a un grupo de unos cinco jóvenes, chicos y chicas, que patinaban muy veloces, y pensé: vaya peligro

Cuando, tras el impacto, cayó al. suelo sin conocimiento se produjo un remolino de gente. Un hombre avisó a una ambulancia del Servicio de Ayuda Municipal Urgente (Samur), que la trasladó al hospital Gregorio Marañón. Allí le curaron las heridas y la mantuvieron en observación hasta la mañana de ayer, ya que al ingresar sufría un fuerte golpe en la cabeza. Ella se muestra muy satisfecha del trato sanitario recibido.

Su hija, que la esperaba en la terraza, intranquila por el retraso, fue avisada de lo ocurrido por los empleados de la ambulancia. Está dispuesta a denunciar el hecho. "Sobre todo para que la policía impida a estos chicos que patinen de esa manera por una zona de peatones", asegura.

Todavía dolorida, con un ojo hinchado y echándole humor al asunto, María Rosa contemporiza: "Podía haber sido peor. Esto, con unas gafas negras, ni se me nota".

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