Redondo entiende por moderación salarial subidas superiores a la inflación en un 1%

El secretario general de UGT, Nicolás Redondo, acepta la idea de aplicar una moderación salarial aunque la interpreta de forma distinta que el Gobierno y la patronal. El sindicalista entiende como tal subidas superiores a la inflación en un 1%, mientras que el Ejecutivo y la CEOE propugnan para 1993 incrementos ' inferiores al índice de precios del próximo año.Nicolás Redondo habló ayer de moderación salarial con el secretario general de Convergència i Unió, Miquel Roca, y ambos coinciden en que es conveniente una moderación de las rentas salariales, siempre que "no descanse en ella toda la po...

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El secretario general de UGT, Nicolás Redondo, acepta la idea de aplicar una moderación salarial aunque la interpreta de forma distinta que el Gobierno y la patronal. El sindicalista entiende como tal subidas superiores a la inflación en un 1%, mientras que el Ejecutivo y la CEOE propugnan para 1993 incrementos ' inferiores al índice de precios del próximo año.Nicolás Redondo habló ayer de moderación salarial con el secretario general de Convergència i Unió, Miquel Roca, y ambos coinciden en que es conveniente una moderación de las rentas salariales, siempre que "no descanse en ella toda la política económica", según precisó Roca, quien cree que para resolver la crisis hay problemas más importantes como "el déficit presupuestario".

El líder de UGT concretó ayer la cifra de aumento salarial que su sindicato considera compatible con la crisis actual de la economía. "Nadie puede decir", afirmó, "que incrementos reales un 1% superiores a la inflación real no es moderación salarial" y califica de falsa la opción entre salarios y empleo. Redondo cree que el próximo año puede haber "aumentos muy moderados de salarios y creación de empleo. Por ejemplo, facilitando dinero asequible a los empresarios".

Se trata de incrementos saláriales distantes a los que la patronal CEOE considera moderación salarial. En la asamblea que celebró la confederación empresarial la semana pasada, su presidente, José María Cuevas, habló de subidas que permitan "la estabilidad o reducción real" de los costes laborales, es decir incrementos inferiores a la inflación. El Gobierno ha precisado menos lo que entiende por moderación, pero en la elaboración de los presupuestos generales de 1993 prevé subidas para los funcionarios también por debajo del índice de precios.

Reunión con la CEOE

El sindicato socialista ha aceptado la invitación de la patronal CEOE para discutir esas cuestiones. La reunión se celebrará el día 23 de septiembre. La intención de UGT es tratar también otros asuntos y entre ellos la sustitución de las ordenanzas laborales por convenios sectoriales.

Ayer, el sindicato inició con Convergencia i Unió una ronda de encuentros que ha solicitado a seis partidos políticos. A lo largo de esta semana se reunirá con Izquierda Unida, Centro Democrático y Social y Partido Nacionalista Vasco. Aún no están fijadas las fechas con el Partido Socialista Obrero Español y con el Partido Popular.

El objetivo es dar a conocer a las formaciones políticas las discrepancias de UGT con el anteproyecto de ley de huelga remitido por el Gobierno al Parlamento. Las dos diferencias sustanciales se refieren a la lista de empresas y sectores considerados servicios esenciales y a quién tiene que fijar los servicios mínimos.

El sindicato entregó ayer a CIU un documento con su análisis y Miquel Roca declaró que se trata de "un informe exhaustivo que examinaremos para ver qué enmiendas podemos incorporar en el curso del debate parlamentario". Pese a que CIU aún no ha precisado sus propuestas, Roca adelantó ayer que no está de acuerdo con UGT en que el Parlamento se reserve el papel de determinar los servicios esenciales.

Los dirigentes de UGT y CIU aprovecharon el encuentro de ayer para cambiar impresiones sobre la situación de la economía. Según manifestaron a la salida, coinciden en el diagnóstico y en "el deseo de que no se dramatice". En cambio discrepan en las soluciones, ya que Miquel Roca está convencido de que "el momento económico requiere un acuerdo global de los interlocutores sociales". Nicolás Redondo ve enormes dificultades en lograr un pacto de esas características, y argumenta que incluso no es fácil lograr acuerdos parciales.

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