San Sebastián de los Reyes

Tres heridos y más de diez contusionados en el tercer encierro

El tercer encierro taurino celebrado ayer en San Sebastián de los Reyes se saldó con más de 10 personas heridas, tres de ellas de carácter grave.Los astados de la ganadería de Victoriano del Río provocaron ayer el primer herido de consideración. Pedro Lobo Arce fue volteado en la calle Real por un toro, sufriendo al caer en el asfalto una fuerte conmoción cerebral y heridas en la cabeza. Tras ser atendido en la enfermería del coso se le trasladó al hospital La Paz con el cuello inmovilizado y una "gran contusión cervical", según el doctor Gálvez, cirujano jefe de la plaza.

El equipo méd...

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El tercer encierro taurino celebrado ayer en San Sebastián de los Reyes se saldó con más de 10 personas heridas, tres de ellas de carácter grave.Los astados de la ganadería de Victoriano del Río provocaron ayer el primer herido de consideración. Pedro Lobo Arce fue volteado en la calle Real por un toro, sufriendo al caer en el asfalto una fuerte conmoción cerebral y heridas en la cabeza. Tras ser atendido en la enfermería del coso se le trasladó al hospital La Paz con el cuello inmovilizado y una "gran contusión cervical", según el doctor Gálvez, cirujano jefe de la plaza.

El equipo médico, -tres médicos y dos enfermeras- tuvo que atender a más de una decena de personas. Entre ellas, Ricardo Rejón García, que recibió una cornada por asta de vaquilla en el muslo izquierdo, que le seccionó los vasos colaterales de la arteria y de la vena femoral, afectándole también al hueso.

Igual suerte corrió Javier Matos, a quien la cornada le causó una herida de seis centímetros en la pierna derecha. Además se atendieron múltiples contusiones en corredores "bien cargados de alcohol", según los sanitarios.

El encierro de ayer registró una masiva afluencia de corredores, por lo que los responsables municipales retrasaron la salida de los toros un minuto después de que hubiera sonado el cohete que marcaba el inicio del encierro. Esto permitió que las miles de personas que corrieron delante de los toros entrasen en el coso taurino con fluidez, aunque muy aprisa, lo que provocó un auténtico tapón, sin consecuencias.

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