Un baño con vistas al 'Pirulí'
Emilio y Rubén, padre e hijo, les dieron tal paliza al tute a la madre, Encarna, y a Loli, su hermana, que las dejaron temblando. El día de ayer transcurrió apaciblemente para la familia: partidita de cartas en bañador, baños de sol y remojones en las piscinas municipales de La Elipa.Emilio, impresor y vecino de Ciudad Lineal, ha decidido quedarse estas vacaciones en Madrid: "Este año no nos venía bien salir", dice, anotando en una servilleta su rotunda victoria a las cartas. "Nos hemos ahorrado las 150.000 pesetas del apartamento que alquilábamos por 15 días; lo que ocurre es que sales todos ...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Emilio y Rubén, padre e hijo, les dieron tal paliza al tute a la madre, Encarna, y a Loli, su hermana, que las dejaron temblando. El día de ayer transcurrió apaciblemente para la familia: partidita de cartas en bañador, baños de sol y remojones en las piscinas municipales de La Elipa.Emilio, impresor y vecino de Ciudad Lineal, ha decidido quedarse estas vacaciones en Madrid: "Este año no nos venía bien salir", dice, anotando en una servilleta su rotunda victoria a las cartas. "Nos hemos ahorrado las 150.000 pesetas del apartamento que alquilábamos por 15 días; lo que ocurre es que sales todos los días y al final te gastas lo mismo". Además, a Rubén, su hijo de 14 años, le ha quedado el inglés. El verano del 92 ha sido variado: "Un día al parque acuático, otro a Segovia, otro a la sierra...", dice Encarna. Y ayer, a la piscina, con un par de toboganes para olvidarse de los críos y opción a hacer nudismo. O a dar buena cuenta del contenido de la fiambrera o del bocadillo de tortilla en una mesa de madera y a la sombra, que es lo que hacían ayer muchas familias, abuelos incluidos.
El viento fresco que soplaba ayer mañana no llenó la Elipa de bañistas. Pero la tónica general del verano ha sido otra. Los polideportivos municipales han registrado este verano llenos históricos. "Ha venido más gente, sí", reconoce Carmen, una funcionaria casi abonada, -"vengo a diario"-, que se ha traído a la piscina a sus hermanos y a sus sobrinos. Uno de ellos vive en Barcelona y pasa en Madrid la resaca de los Juegos Olímpicos en remojo y con vistas al Pirulí.