España compite con otros dos países para entrar en el Consejo de Seguridad

España cuenta ya con una mayoría de países dispuestos a votar su elección como miembro del Consejo de Seguridad, pero no tiene aún garantizados los dos tercios necesarios para lograr ocupar un escaño en este órgano de Naciones Unidas, según el Ministerio de Asuntos Exteriores. La candidatura fue presentada oficialmente el 22 de mayo. España compite con Suecia y Nueva Zelanda para ocupar, a partir de enero y por dos años, uno de los dos puestos reservados en el Consejo de Seguridad para el grupo denominado Europa occidental, tras la retirada de Turquía.La votación será en octubre y para ser ele...

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España cuenta ya con una mayoría de países dispuestos a votar su elección como miembro del Consejo de Seguridad, pero no tiene aún garantizados los dos tercios necesarios para lograr ocupar un escaño en este órgano de Naciones Unidas, según el Ministerio de Asuntos Exteriores. La candidatura fue presentada oficialmente el 22 de mayo. España compite con Suecia y Nueva Zelanda para ocupar, a partir de enero y por dos años, uno de los dos puestos reservados en el Consejo de Seguridad para el grupo denominado Europa occidental, tras la retirada de Turquía.La votación será en octubre y para ser elegido se requieren los sufragios afirmativos de 113 países de los 169 que forman la ONU desde mayo pasado. Cada Estado miembro, por pequeño que sea, puede emitir dos votos en secreto, pero media docena están privados de este derecho por retrasarse demasiado en sus contribuciones económicas.

Mucho antes de que presentara su candidatura, la diplomacia española empezó su campaña para recabar votos, sobre todo allí donde no dispone de representantes diplomáticos permanentes. Dos emisarios, Manuel Piñeiro, ex embajador en Yaundé, y Ricardo Zalacaín, embajador en Jamaica, recorrieron, por ejemplo, las islas del Caribe, mientras los embajadores en el África subsahariana que gozan de una acreditación múltiple también hicieron sus batidas.

El principal argumento para cosechar votos ha sido el generoso cumplimiento por España de uno de los requisitos recogidos en el artículo 23 de la Carta de la ONU para ser miembro del Consejo: haber contribuido al mantenimiento de la paz. España era en marzo, según el presidente del Gobierno, Felipe González, el país con más oficiales entre los cascos azules.

Votos prometidos

Aunque las promesas no siempre se cumplen, Exteriores cuenta con los votos de Europa occidental y oriental y América Latina, así como del mundo árabe. A pesar del anunciado respaldo de la Unión India y China, su gran punto débil es Asia, y sobre todo los numerosos microestados del Pacífico que están mas próximos a Nueva Zelanda.

Con motivo de la visita que efectuó a España, a finales de mayo, el primer ministro neozelandés, Jim Bolger, se intentó un acercamiento a Wellington para no dar la impresión ante el resto del mundo de formar un tándem con Suecia, cuyos recortes presupuestarios en materia de ayuda al desarrollo le han hecho perder puntos en el Tercer Mundo.

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Generalmente atribuida a Francisco Villar, ex embajador de España ante la ONU, y a su sustituto, Juan Antonio Yáñez, ex director del departamento internacional de La Moncloa, la idea de la candidatura española no sedujo en un principio al anterior ministro de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, que acabó, sin embargo, dando la batalla por obtener el puesto.

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