'Correos' con cocaína en el intestino traen hasta Barajas 15 kilos de droga en 15 días

En 15 días, 15 kilos. La cocaína ha entrado por Barajas en la primera mitad de julio a razón de un kilogramo diario, prácticamente toda escondida en algún rincón de las tripas de un viajero procedente de Colombia. La policía atribuye esté goteo a las trabas para introducir cocaína de otro modo y al aumento de los suministros para los consumidores de los acontecimientos del 92. Cuatro de los últimos cinco correos colombianos sorprendidos en el aeropuerto el miércoles estaban ayer en el hospital expulsando la droga, seis kilos. Una joven, que viajaba en el mismo avión desde Bogotá, no llegó viva...

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En 15 días, 15 kilos. La cocaína ha entrado por Barajas en la primera mitad de julio a razón de un kilogramo diario, prácticamente toda escondida en algún rincón de las tripas de un viajero procedente de Colombia. La policía atribuye esté goteo a las trabas para introducir cocaína de otro modo y al aumento de los suministros para los consumidores de los acontecimientos del 92. Cuatro de los últimos cinco correos colombianos sorprendidos en el aeropuerto el miércoles estaban ayer en el hospital expulsando la droga, seis kilos. Una joven, que viajaba en el mismo avión desde Bogotá, no llegó viva a Madrid. Una bola rota la mató.

Según fuentes de Jefatura Superior de Policía, se han intervenido 14,825 kilogramos de cocaína en el aeropuerto de Barajas desde principios de mes. Prácticamente toda viajaba en el interior del tubo digestivo de los cuerpos de los correos, conocidos como culeros. Sólo dos kilogramos fueron interceptados en el interior de una cámara de vídeo doméstica. En dos semanas se ha batido el récord del. año. La cifra que más se aproxima fue la de marzo, mes en el que se aprehendieron casi 12 kilogramos en cuatro intervenciones.El miércoles pasado, cinco colombianos fueron detectados con cocaína en sus tubos digestivos. Son Elisabeth García, de 44 años; María Melia Monroy, de 39; Patricia Díaz Vargas, de 35; José Simd Quiñones, de 30, y Juan Carlos Martínez, de 24. "Hay ciertos vuelos calientes que se vigilan más que otros", comentan en la policía, "los que tocan Colombia". Las sospechas recaerán sobre presuntos turistas, muy nerviosos ante la presencia policial, y que no atinan a responder preguntas básicas sobre sus pretensiones viajeras. "Que no, saben qué es el museo del Prado, por ejemplo". Suelen viajar solos, aunque en el mismo vuelo el narcotraficante ha podido enviar a varios correos, como en el caso del pasado miércoles. "Llevan dinero para justificar su condición de turistas".

Bolas y cápsulas

El examen por rayos X confirmará las sospechas. Es entonces cuando los correos son enviados al hospital, en este caso al Gregorio Marañón, por orden judicial. "Nos limitamos a observarles hasta que defecan la cocaína por si hay alguna complicación. Pero no les medicamos con nada por el peligro de rotura de las bolas", comenta Antonio Quintans, coordinador de urgencias del hospital Gregorio Marañón, de Madrid, quien viene observando a estos culeros desde hace 10 años. "Algunos llevan tres o cuatro bolas de material plástico resistente, que se cierran herméticamente, de unos cinco centímetros de diámetro" -el tamaño de una mandarina-. "Se las introducían previamente en el recto mediante dilatación".

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Otra de las maneras es tragarse la droga en condones anudados por delante y por detrás. "Bastante más peligroso, porque el material es más débil frente a las sustancias ácidas que se segregan en el tubo digestivo", asegura el médico. "Y lo que venimos viendo desde hace unos meses es que tragan unas cápsulas más pequeñas -tres centímetros de largo por uno de ancho- de plástico resistente" "

Cuatro de los cinco correos sorprendidos el miércoles permanecían ayer ingresados en el Gregorio Marañón. Uno de ellos había ingerido este tipo de cápsulas.

Los otros tres, según fuentes del centro, portan la cocaína en dedos de guantes quirúrgico superpuestos y sellados con un nudo. Igual que los recipientes que había tragado Sandra Lucía Cano, una compatriota suya de 21 años que viajaba en el mismo avión, pero que llegó cadáver a Barajas a las 6.40 del miércoles.

Muerte súbita

La rotura de uno de los recipientes de droga que había tragado -según fuentes médicas- le provocó la muerte. "Si el recipiente que se abre tiene mucha cocaína, se produce una intoxicación masiva y la muerte", asegura el doctor Quintans. "La droga se absorbe por la pared digestiva. Si el correo lleva menos cantidad, ocurre una parada respiratoria. Si la persona está en un hospital puede recuperarse", continúa este médico. La rotura es la complicación que presenta esta modalidad de transporte de droga, aproximadamente uno de cada 100. Otro de los problemas es que se acumulen varias cápsulas y provoquen una obstrucción.

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