El navarro solventó sin problemas un nuevo acoso

El asedio a Induráin comenzó pronto, pero fue pura gaseosa: mucha chispa de entrada y ningún sabor al final. El tímido acoso lanzado por Bugno y Roche concluyó con más pena que gloria en el primer sprint masivo del Tour, ganado por un especialista, el holandés Jean-Paul van Poppel. Después de la toma de poder de Induráin, pocos se atreven a alzarle la voz. Lo ven grande, muy grande.

El Banesto, además, contó con la colaboración del RMO, que pretende apurar al máximo el liderato de Pascal Lino. A destacar el formidable trabajo del ONCE en la neutralización de la única escapada seria ...

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El asedio a Induráin comenzó pronto, pero fue pura gaseosa: mucha chispa de entrada y ningún sabor al final. El tímido acoso lanzado por Bugno y Roche concluyó con más pena que gloria en el primer sprint masivo del Tour, ganado por un especialista, el holandés Jean-Paul van Poppel. Después de la toma de poder de Induráin, pocos se atreven a alzarle la voz. Lo ven grande, muy grande.

El Banesto, además, contó con la colaboración del RMO, que pretende apurar al máximo el liderato de Pascal Lino. A destacar el formidable trabajo del ONCE en la neutralización de la única escapada seria del día. Una aclaración: el empeño del equipo de Manolo Saiz no estuvo en ayudar a Induráin, sino en lanzar en el sprint a Jalabert.

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A 77 kilómetros de la meta, Bugno y Roche se unieron a una escapada previa y lograron una diferencia de 1. 15 sobre el gran grupo. Fue un momento de tensión que el Banesto y el RMO solventaron con un gran trabajo de relevos, en el que no faltaron ni Lino ni Induráin. Con la diferencia reducida a un margen aceptable y en absoluto amenazador, el ONCE tomó la cabeza del pelotón para empujar a su hombre con mejor llegada, Jalabert. Hubo final masivo, el primero de este año. Abduyapárov, liberado de la competencia de meta, a 21.33 minutos.

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