Desmantelado un inovador locutorio ilegal

Llamar al extranjero a través de un locutorio clandestino, pero sin salir de casa. Ésta es la última modalidad de fraude telefónico que la policía desmanteló ayer en un local del número 68 de la avenida de San Diego (Puente de Vallecas). Dos hombres, Augusto Humberto Landaveri Urquizo, peruano, de 22 años, y el chileno Nibaldo Aedo Méndez, de 29, fueron detenidos como presuntos responsables de la estafa. Ambos carecen de antecedentes policiales. En cinco días de funcionamiento el fraude ha alcanzado los cinco millones de pesetas.El sistema funcionaba a domicilio, evitando los des...

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Llamar al extranjero a través de un locutorio clandestino, pero sin salir de casa. Ésta es la última modalidad de fraude telefónico que la policía desmanteló ayer en un local del número 68 de la avenida de San Diego (Puente de Vallecas). Dos hombres, Augusto Humberto Landaveri Urquizo, peruano, de 22 años, y el chileno Nibaldo Aedo Méndez, de 29, fueron detenidos como presuntos responsables de la estafa. Ambos carecen de antecedentes policiales. En cinco días de funcionamiento el fraude ha alcanzado los cinco millones de pesetas.El sistema funcionaba a domicilio, evitando los desplazamentos. Cuando un cliente deseaba una conferencia con el extranjero, se ponía en contacto telefónico con el encargado del locutorio y le facilitaba el número al que deseaba llamar y la hora de la conferencia. En el locutorio, a través de una de las líneas telefónicas, se efectuaba la conexión entre emisor y receptor de la llamada. Los pasos de la comunicación a larga distancia quedaban registrados en el contador del intermediario.

El pastel se descubrió a través del seguimiento de una mujer que en mayo contrató, con documentación falsa, dos líneas telefónicas en un inmueble de la calle de Pelayo y después desapareció dejando una deuda de 1,5 millones de pesetas. A finales de junio, esta misma persona pidió la instalación de tres números en un local de la avenida de San Diego. La policía sospechó un nuevo fraude y sometió a vigilancia el inmueble.

A los agentes que observaban el local les sorprendió la escasa afluencia de gente, algo extraño tratándose de un locutorio clandestino. Sólo entraban y salían dos hombres, en turnos de 12 horas cada uno. Obtenida la autorización judicial, los policías entraron en el local durante uno de los relevos de los dos sospechosos. Allí encontraron tres teléfonos, una agenda con anotaciones sobre las llamadas que había que efectuar durante la semana y un folio con datos de los, clientes que habían solicitado una conferencia internacional.

Telefónica confirmó que es la primera vez que se comprueba esta modalidad de fraude.

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