Tribuna:

Vacas flacas

Por tercera vez en este ejercicio contable la Bolsa ha valorado negativamente las expectativas económicas, lo que le ha supuesto al índice general perder el nivel de apertura anual. Ayer más que nunca las cosas se veían según el cristal a través del cual se miraban, y los inversores no encontraron a mano más que tonos oscuros. La amenaza de una nueva suspensión de pagos no es más que la confirmación de que todo está bastante peor de lo que se dice, ya que en los mercados de valores sólo se presta atención a las grandes compañías. Si se amplía el horizonte, no queda más remedio que admitir que ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Por tercera vez en este ejercicio contable la Bolsa ha valorado negativamente las expectativas económicas, lo que le ha supuesto al índice general perder el nivel de apertura anual. Ayer más que nunca las cosas se veían según el cristal a través del cual se miraban, y los inversores no encontraron a mano más que tonos oscuros. La amenaza de una nueva suspensión de pagos no es más que la confirmación de que todo está bastante peor de lo que se dice, ya que en los mercados de valores sólo se presta atención a las grandes compañías. Si se amplía el horizonte, no queda más remedio que admitir que los inversores son prudentes y tienen una paciencia a toda prueba, pues la situación de Japón, Estados Unidos y Europa no es la mejor para esperar acontecimientos. Aun así, como siempre cabe la posibilidad de un rebote, no faltan cada día algunas tomas de posiciones en valores destacados, postura que se alterna con los abandonos y que le da al mercado cierta apariencia de actividad.El volumen negociado quedó en la sesión de ayer por debajo de los 11.000 millones de pesetas efectivas, de los que más de 1.600 le correspondieron a Telefónica.

El índice pierde 2,71 puntos, un 1, 10% y se sitúa en el 243,7%, mientras que el Ibex 35 cede un 0,9%.

Archivado En