Tribuna:

A propósito de la eficiencia

El endurecimiento de los tipos en toda Europa bajo el paraguas del Bundesbank pone a las Bolsas en un callejón sin salida. En las recámaras del Ecofin europeo y de los gobernadores de los bancos centrales está el deseo incombustible de contener la inflación, aunque sea a costa de un crecimiento que se resiste a creer en sí mismo y proyecta reflejos perniciosos en los activos industriales. ¿Por qué será tan mala la inflación?, se preguntan quienes manejan con cuentagotas las fuentes de liquidez que dan vida a los mercados. Para esto no hay respuesta, ni la habrá mientras la estadística sea inca...

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El endurecimiento de los tipos en toda Europa bajo el paraguas del Bundesbank pone a las Bolsas en un callejón sin salida. En las recámaras del Ecofin europeo y de los gobernadores de los bancos centrales está el deseo incombustible de contener la inflación, aunque sea a costa de un crecimiento que se resiste a creer en sí mismo y proyecta reflejos perniciosos en los activos industriales. ¿Por qué será tan mala la inflación?, se preguntan quienes manejan con cuentagotas las fuentes de liquidez que dan vida a los mercados. Para esto no hay respuesta, ni la habrá mientras la estadística sea incapaz de medir sus costes; es decir, los parámetros que explican la composición real de la cesta de la compra o de los costes energéticos."Lo que realmente perjudica a la economía no son los precios altos, sino su imprevisible comportamiento", explica Paul Krugman en su Era de las expectativas limitadas. La explicación del profesor del MIT es aplicable a la Bolsa de hoy, a pesar de los precios bajos y con la volatilidad de los cambios; las consecuencias de su errático caminar arrastran la distorsión de las decisiones y el bajo nivel de eficiencia que tiene hoy este mercado en España.

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