Música castiza y juegos de agua en el Campo del Moro

Al menos 2.000 personas disfrutaron anoche de las piezas castizas que interpretó la Banda Sinfónica de la Guardia Real en el Campo del Moro. No sólo la música entusiasmó al aforo, sino también el espectáculo luminoso instalado en las fuentes de Las Conchas y de Los Tritones. El agua caía, subía y hacía requiebros al ritmo de los pasodobles, chotis y piezas de zarzuelas.

El público tenía un ojo puesto en el agua -"Mira, parecen pájaros que dan un vuelco, decía una joven a su pareja"-, otro en los músicos (aunque sólo los más privilegiados, próximos al estrado) y los pies marcando el ...

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Al menos 2.000 personas disfrutaron anoche de las piezas castizas que interpretó la Banda Sinfónica de la Guardia Real en el Campo del Moro. No sólo la música entusiasmó al aforo, sino también el espectáculo luminoso instalado en las fuentes de Las Conchas y de Los Tritones. El agua caía, subía y hacía requiebros al ritmo de los pasodobles, chotis y piezas de zarzuelas.

El público tenía un ojo puesto en el agua -"Mira, parecen pájaros que dan un vuelco, decía una joven a su pareja"-, otro en los músicos (aunque sólo los más privilegiados, próximos al estrado) y los pies marcando el ritmo en todo momento: "Pero qué bonito es El Barberillo de Lavapiés", decía una señora a sus amigas mientras bailaba.

Gran parte de los espectadores conocía todos los temas interpretados: se notaba en sus labios, que no cesaban de entonar La Revoltosa, La Gran Vía y así hasta el final.

Con colores en la cara, después pasar la tarde en la pradera de San Isidro, los más mayores afrontaban el final del día de fiesta. "Todo es precioso, pero, lo que más se agradece es el frescor", decía un vejete mientras contemplaba los rosales blancos, repletos de flores, que flanquean la avenida principal del Campo del Moro. Fuera, en el asfalto, la temperatura subía unos grados.

Este espectáculo se organiza todos los viernes, desde el pasado día ocho y hasta el 5 de junio. Es el IV ciclo de Primavera Musical en Palacio, que programa el Patrimonio Real. Por ser San Isidro, ayer la banda de la Guardia Real interpretó piezas de los maestros Barbieri, Chapí, Chueca, Sorozabal. No podía faltar el chotis Madrid de Agustín de Lara, tema que se ha erigido en himno madrileño sin que nadie lo haya proclamado oficialmente. Todos lo entonaron.

Castillo de la Bella Durmiente

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Mientras tanto, los niños madrileños podrán tocar el castillo de la Bella Durmiente del Bosque con sus propias manos hoy mismo, en la Casa de Campo de Madrid. O por lo menos una réplica del instalado en el parque de Eurodisney, en Francia. Dentro de esta copia, de la mitad de altura que el castillo original (45 metros), estará el ratón Mickey, el pato Donald y otros personajes de la familia Disney. El hogar de la Bella Durmiente tiene 45 bloques de fibra de vidrio de colores rosado y azul, que han sido trasladados en 11 remolques en su viaje por toda Europa, según informaba ayer un portavoz de Eurodisney. Para reproducir los colores del palacio original, los técnicos de Disney han tenido que emplearse a fondo. Los operarlos lo levantan en dos días en cada una de las estaciones de su periplo. El día 20 dejará Madrid.

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