Tribuna:

Tensa espera

Los inversores se mantienen a la espera de datos, tanto externos como internos, y de esa actitud se desprende un alejamiento del mercado del que sólo se salva el corto plazo. La cobertura de algunas ventas arriesgadas en valores calientes y alguna que otra apuesta aislada es todo lo que la sesión ha aportada de positivo, mientras que la apatía y el temor a lo que pueda suceder en un futuro próximo hay que situarlo como el necesario bagaje negativo de tiempos de crisis.El nivel del 250% aparece una y otra vez como un soporte fiable y una resistencia difícil de vencer, una situación que favorece...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los inversores se mantienen a la espera de datos, tanto externos como internos, y de esa actitud se desprende un alejamiento del mercado del que sólo se salva el corto plazo. La cobertura de algunas ventas arriesgadas en valores calientes y alguna que otra apuesta aislada es todo lo que la sesión ha aportada de positivo, mientras que la apatía y el temor a lo que pueda suceder en un futuro próximo hay que situarlo como el necesario bagaje negativo de tiempos de crisis.El nivel del 250% aparece una y otra vez como un soporte fiable y una resistencia difícil de vencer, una situación que favorece las actuaciones diarias y que impide cualquier otra decisión cuyo plazo vaya más allá de la sesión inmediatamente posterior. El volumen negociado es susceptible de todo tipo de interpretaciones, ya que los valores de moda han multiplicado su contratación habitual por diez, mientras que la mayoría del mercado se conforma meramente con aparecer en el cuadro de cotizaciones.

La apertura de Wall Street, nuevamente a la baja, cortó cualquier intento de mejora y obliga al índice a retornar a la zona de descensos, aunque la ausencia de papel ha sido la que ha definido la cuantía del recorte. El índice madrileño pierde diez centésimas y se sitúa en el 249,93%.

Archivado En